Una sesión práctica, este viernes, en el XI Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios, de SEFAC, en Las Palmas de Gran Canaria, afrontó quiénes integran el equipo que atiende a la persona con diabetes. Irene Jaraiz Magariños, farmacéutica comunitaria en Avilés (Asturias) y presidenta de SEFAC Asturias, preguntó quiénes deberían integrar ...
Una sesión práctica, este viernes, en el XI Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios, de SEFAC, en Las Palmas de Gran Canaria, afrontó quiénes integran el equipo que atiende a la persona con diabetes. Irene Jaraiz Magariños, farmacéutica comunitaria en Avilés (Asturias) y presidenta de SEFAC Asturias, preguntó quiénes deberían integrar el equipo que atiende a las personas con diabetes y en qué medida lo están recibiendo a Julián Antonio González Hernández, presidente de la Federación de Asociaciones de Diabetes de Canarias (FAdiCAN). "Tanto las personas como las familias deben adquirir conocimientos. Se requiere la participación de un equipo multidisciplinar: médicos de familia, endocrinólogos, profesionales de salud mental, podólogos, profesionales del ejercicio físico, etcétera. Este grupo de profesionales debe trabajar de forma colaborativa e integrada", dijo. La meta final del equipo será mejorar la calidad de vida de los pacientes. Defendió que hay que abordar los desafíos emocionales. Lamentó que, generalmente, en la mayoría de España no se da esta acción.
Se cuestionaron por las fortalezas y debilidades. Inés Mera Gallego, farmacéutica comunitaria en Maella (Zaragoza) y coordinadora del Grupo de Trabajo de Diabetes de SEFAC, señaló que se "va a ciegas" por no tener acceso a la historia clínica, que no hay una forma de derivar al paciente y se hace de manera indirecta a través de este y que no hay comunicación entre profesionales sanitarios ni se hacen formación conjunta. Respecto a fortalezas, apuntó, entre otras, la formación del farmacéutico, la disponibilidad geográfica y en tiempo y que ven a los pacientes todos los meses.
La fortaleza fundamental para Ezequiel Arranz Martínez, médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria del Centro de Salud San Blas, Parla (Madrid) y coordinador del Grupo de Trabajo de Diabetes de SEMERGEN, fue que "todos jugamos en el barrio, en casa". Donde esté el médico de familia de siempre, el farmacéutico de siempre "no tiene precio". También citó la fortaleza de fomentar el asociacionismo y la continuidad asistencial. En cuanto a las debilidades, "las de siempre", la falta de personal, la falta de tiempo. Recordó que el centro del sistema no sólo es el paciente, sino también el médico "teniendo la posibilidad de ser un trípode con el farmacéutico".
María Luisa Lozano del Hoyo, doctora en Enfermería, del Centro de Salud Fuentes Norte (Zaragoza), pensó que "nos falta unirnos". El centro de Salud y la farmacia es una puerta de entrada más fácil que la especializada. Tanto el centro de Salud como a farmacia gozan de "la confianza del paciente". Son dos puntos de entrada que "son una fortaleza, pero que no se está trabajando como fortaleza". Si bien hay muchos actores que faltan en esa estrategia. Faltan protocolos. Instó a crear lazos de unión.
"A los pacientes se nos ha tenido siempre fuera de todo. Se nos consulta poco", denunció González Hernández. Se decide sobre los pacientes, pero no están ellos en esa toma de decisiones. Reconoció que los sistemas sanitarios están teniendo más sensibilidad. Sostuvo que se mira más la parte física, no tanto la psicológica y social. Puntualizó que hay que ver cómo se atiende al paciente y cómo se puede mejorar. Una muestra de esto es que la mitad de los pacientes cae en la falta de adherencia. Pidió mejorar la formación, que el paciente tenga la seguridad de que lo que le está diciendo el profesional sanitario es lo correcto. A Arranz Martínez,según admitió, tener una línea directa con el farmacéutico le sirve.