La primavera y el buen tiempo traen consigo un mayor número de horas de sol, más actividades al aire libre y, por tanto, un aumento de la exposición de la piel a las radiaciones solares. Con el fin de evitar sus efectos nocivos, es imprescindible una fotoprotección suficiente y eficaz ...
La primavera y el buen tiempo traen consigo un mayor número de horas de sol, más actividades al aire libre y, por tanto, un aumento de la exposición de la piel a las radiaciones solares. Con el fin de evitar sus efectos nocivos, es imprescindible una fotoprotección suficiente y eficaz ante los primeros rayos de sol y de cara al verano.
A pesar de que la concienciación en torno a la fotoprotección y a los peligros derivados de la exposición solar ha crecido entre la población durante los últimos años, la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), recuerda que la exposición solar es la principal responsable a la hora de padecer un melanoma. De hecho, como concluyó el IV Estudio CinfaSalud: "Percepción y hábitos de salud de la población española en torno a la fotoprotección", el cáncer de piel constituye la principal preocupación de los efectos perjudiciales del sol para el 80% de las personas encuestadas.
No obstante, los riesgos para la salud y los daños en la piel que pueden provocar las radiaciones solares van mucho más allá. Como señala Julio Maset, experto médico de Cinfa, "las radiaciones solares pueden provocar varios tipos de lesiones cutáneas, algunas de ellas premalignas o malignas, así como reacciones de fotosensibilidad sobre las que existe mucha menos conciencia, pero que debemos conocer". Entre ellas, se encuentra el fotoenvejecimiento, la queratosis actínica, que genera manchas que suelen aparecer en las zonas que han estado expuestas al sol, o el cloasma o melasma, que provoca zonas hiperpigmentadas sobre todo en mujeres, y que están relacionadas con la exposición solar en el embarazo o la toma de hormonas.
Cuidar la piel todos los días
"Uno de los primeros pasos para fotoprotegernos es ser conscientes de que esos peligros también están presentes en días nublados, cuando la radiación es difusa, pero no por ello deja de ser dañina", advierte el doctor Maset. Por ello, "hay que protegerse de los rayos del sol siempre, tanto en invierno como en verano y tanto en días nublados como despejados".
Por tanto, antes de salir a la calle, no puede faltar la aplicación en la piel de un buen protector solar, con un factor igual o superior a 30 y cuyo envase señale que protege de todos los tipos de radiaciones solares. "Para que sea efectivo, debe aplicarse media hora antes de la exposición al sol y reaplicarlo cada dos horas y también en caso de que sudemos o se moje la piel", puntualiza el experto de Cinfa. Tampoco hay que olvidarse de la protección labial, para lo que se pueden utilizar bálsamos que contengan filtros solares. Para los ojos, la principal barrera son las gafas de sol que tengan protección total contra los rayos solares.
Asimismo, es recomendable que las salidas al aire libre no se produzcan durante las horas centrales del día, es decir, entre las 12 de la mañana y las 4 de la tarde, que es cuando los rayos solares son más fuertes y perjudiciales para nuestra piel. "Por último —concluye el doctor Maset—, la ropa debe ser de colores oscuros, que absorbe mejor la radiación solar, y es recomendable usar gorras o sombreros que tapen la cabeza y proyecten sombra sobre la cara y el cuello".
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