A medida que las temperaturas siguen elevándose en muchos países debido al cambio climático, las tasas de infección bacteriana pueden aumentar y las enfermedades propagarse a mayores altitudes y latitudes donde antes no se encontraban. Ello da pie a un incremento del uso de antimicrobianos y la consecuente resistencia a estos ...
A medida que las temperaturas siguen elevándose en muchos países debido al cambio climático, las tasas de infección bacteriana pueden aumentar y las enfermedades propagarse a mayores altitudes y latitudes donde antes no se encontraban. Ello da pie a un incremento del uso de antimicrobianos y la consecuente resistencia a estos fármacos.
Sobre este tema trabaja la prof.Sabiha Essack, catedrática de investigación sudafricana sobre resistencia a los antibióticos y One Health en la Unidad de Investigación Antimicrobiana de la Universidad. de KwaZulu-Natal, Durban, Sudáfrica, que va a presentar los resultados de sus investigaciones en el Congreso de la Sociedad Europea de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas ( ESCMID ) que se celebra en Barcelona a partir de este sábado.
La prof. Essack explicó, al respecto, que el cambio climático es conocido como el multiplicador de la amenaza de la resistencia a los antimicrobianos porque ejerce sus efectos a través del transporte y el crecimiento de la población sobre la propagación de enfermedades, al tiempo que aumenta el riesgo de resistencia a los antimicrobianos a nivel biológico al cambiar las condiciones físicas y ambientales en las que viven los microbios.
La situación favorece una mejor supervivencia de especies como: Campylobacter , Salmonella y Vibrio que causan enfermedades transmitidas por el agua y los alimentos. Candida auris ha ganado termotolerancia y tolerancia a la salinidad (sal) en los ecosistemas de humedales. Escherichia coli y algunos de los patógenos ESKAPE crecen de manera óptima entre 32 y 36 o C". Los patógenos ESKAPE son un grupo de patógenos, enterococos, S. aureus, K. pneumoniae, A baumannii, P aeruginosa y Enterobacter, que pueden "escapar" de la acción de los antibióticos.
Otro ejemplo al que se refiere, viene reflejado en un estudio realizado en EE. UU., donde un mapa de resistencia creciente de E. coli muestra los cambios de temperatura a lo largo de 30 años. "Dado que cada vez más países experimentan temperaturas promedio más altas cada temporada, la capacidad de estas bacterias para volverse resistentes a los antibióticos está aumentando", recalcó.
Para hacer frente a esta amenaza, considera que se necesita liderazgo y compromiso políticos inequívocos; sólidos marcos de políticas y gobernanza globales y locales; Soluciones innovadoras basadas en evidencia ´One Health´ e investigación de implementación para adaptar intervenciones exitosas a los contextos de los países.
"Estas asociaciones deben incluir una amplia gama de intereses sociales que suspenderán los intereses de sectores individuales por el bien público. Las iniciativas que apuntan a avanzar en el cambio climático o la resistencia a los antimicrobianos deben unir fuerzas y destacarse mutuamente para dejar claro sus beneficios mutuos", concluyó.