"Cada vez hablamos más de una farmacia asistencial"

Mercedes Leciñena (Zaragoza)

Mercedes conoce la profesión de primera mano. "Mi madre es farmacéutica y tiene una farmacia en un pueblo cerca de Zaragoza. Lo que más me gusta de la farmacia es el contacto con las personas y la cercanía que supone la farmacia comunitaria", confiesa.

Cercanía, proximidad y atención personalizada son elementos que no tienen precio. Consciente de ello, explica que, "además de los clientes de barrio, tengo como objetivo atraer a gente nueva. Para ello estoy implantando nuevos servicios profesionales farmacéuticos asistenciales e introduciendo marcas eficaces que me diferencien de otras farmacias".

La saturación en los servicios de urgencias y de Atención Primaria afecta directamente a la farmacia comunitaria, "que juega un papel fundamental a la hora de poder atender a pacientes que sufren patologías menores o que tienen dudas acerca de su salud y/o su tratamiento". Y es que no hay que olvidar que la farmacia es la primera línea de entrada del paciente al sistema sanitario. Destacable también es la labor en educación sanitaria que realizan los farmacéuticos comunitarios, "sobre todo en la prevención de enfermedades, como es el caso de la vacunación de la gripe, el coronavirus o el virus respiratorio sincitial". Sin olvidar la campaña sobre el uso correcto de los antibióticos o la promoción de la prueba rápida de autodiagnóstico del VIH.

El modelo de farmacia está en continuo cambio, y "cada vez hablamos más de una farmacia asistencial en la que están adquiriendo más protagonismo los servicios profesionales farmacéuticos asistenciales, como los SPDs, la revisión del uso del medicamento (RUM), la cesación tabáquica, la conciliación de la medicación o la adherencia terapéutica".

Lo cierto es que la farmacia "ya no es solo el lugar en el que adquirir los medicamentos, sino que también ayudamos a los pacientes a que hagan un uso correcto de los mismos y a identificar posibles problemas relacionados con la medicación".

Y es que, en general, hay un gran desconocimiento por parte de la población de los servicios profesionales farmacéuticos asistenciales que se pueden ofrecer desde la farmacia comunitaria, por lo que "debemos realizar un ejercicio de comunicación para darlos a conocer". Sobre su retribución, cree que "determinados servicios profesionales sí deberían estar financiados por el SNS. Algunos pacientes rechazan estos servicios por el coste y, sin embargo, si los lleváramos a cabo mejorarían el coste-efectividad de los tratamientos".

Con todo, el mundo está evolucionando y el modelo de farmacia debe evolucionar al mismo ritmo. "Debemos adaptarnos incorporando la tecnología y soluciones innovadoras al servicio del paciente. Somos un establecimiento sanitario y profesionales comprometidos con la salud y el bienestar de nuestros pacientes", concluye.