Este invierno y, especialmente durante las últimas semanas, España ha registrado en varios puntos de su geografía, temperaturas inusualmente altas y lluvias intensas. Esta climatología ha derivado en unos niveles de polinización elevados y adelantados a su época habitual, que suele tener lugar entrada la primavera. Este cambio en el ...
Este invierno y, especialmente durante las últimas semanas, España ha registrado en varios puntos de su geografía, temperaturas inusualmente altas y lluvias intensas. Esta climatología ha derivado en unos niveles de polinización elevados y adelantados a su época habitual, que suele tener lugar entrada la primavera. Este cambio en el proceso de floración de árboles y plantas está afectando especialmente a las personas alérgicas al polen, que sufren sus efectos antes de tiempo y de forma inesperada. Solo en España, este tipo de alergia afecta a 8 millones de personas, según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).
Por ejemplo, la web Polenes.com, puesta a disposición de la población por la SEAIC, ha alertado durante las últimas semanas de altos niveles de polen de cupresáceas, como el ciprés, el enebro o la arizónica, en áreas de Cataluña, la Comunidad de Madrid, sur de Castilla y León o zonas del Este de Andalucía. La principal consecuencia para las personas alérgicas es que, ante este adelanto de la polinización, "se encuentran desprevenidas y padecen los síntomas de las alergias mucho antes", señala Julio Maset, experto médico de Cinfa. Además, advierte de que "hay personas alérgicas a dos o más pólenes, lo que complica su situación".
Aunque el polen de plantas como las gramíneas resulta inofensivo para la mayoría de las personas, sí afecta al organismo de pacientes alérgicos, que "lo identifica como un agente invasor y libera sustancias como la histamina para defenderse". Ante este mecanismo, llegan los síntomas clásicos como los estornudos, secreción nasal acuosa, el picor de nariz y el lagrimeo o enfermedades que, de no tratarse, pueden revestir gravedad, como el asma alérgica.
Tratarse ante los primeros síntomas es clave
Este adelanto imprevisto de las alergias puede hacer mella en la efectividad del tratamiento que siguen las personas afectadas. "Es fundamental que se comience con la medicación en cuanto se detecten los primeros síntomas, ya que de hacerlo en un estadío posterior, el tratamiento tiene unos menores efectos positivos", recalca el experto de Cinfa.
Además de los antihistamínicos, "la primera medida y la más eficaz contra la alergia es evitar el contacto con el alérgeno, en este caso, el polen. Para lograrlo, podemos seguir precauciones como evitar salir al exterior los días en que aumente su concentración en el aire y, cuando salgamos, llevar la mascarilla puesta, preferiblemente de tipo FPP2", añade el doctor Maset. "También es recomendable llevar puestas las gafas de sol al salir de casa, mantener las ventanas de casa cerradas durante las horas de mayor concentración de polen y las del coche al desplazarnos o evitar tender la ropa en el exterior".
Diez consejos para controlar los síntomas de la alergia al polen: