Hay abundante evidencia científica de que el colesterol es esencial para muchas funciones del organismo, como la producción de hormonas y membranas celulares. Sin embargo, el exceso de esta grasa en la sangre es, sin duda, perjudicial, ya que esta puede adherirse a las paredes de las arterias y formar ...
Hay abundante evidencia científica de que el colesterol es esencial para muchas funciones del organismo, como la producción de hormonas y membranas celulares. Sin embargo, el exceso de esta grasa en la sangre es, sin duda, perjudicial, ya que esta puede adherirse a las paredes de las arterias y formar placas que estrechan o bloquean el flujo sanguíneo, dando pie a la enfermedad cardiovascular aterosclerótica, principal causa de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Para ahondar más en la asociación del colesterol con otros órganos humanos, investigadores del Instituto Karolinska (Suecia) llevaron a cabo un estudio para comprender exactamente cómo reaccionan los diferentes tejidos del organismo a los niveles elevados de LDL en la sangre, cuyos resultados han sido publicados en ´Nature Cardiovascular Research´.
Su investigación comenzó con el diseño de un sistema que hiciera aumentar rápidamente el colesterol en la sangre de ratones. "Nuestro objetivo fue detonar una bomba de colesterol y ver qué pasaba después", explicó Stephen Malin, autor principal del estudio e investigador del Departamento de Medicina de Solna, del Instituto Karolinska. "Descubrimos que el hígado respondió casi de inmediato y eliminó parte del exceso de colesterol, por lo que parece actuar cómo primera línea de defensa contra el exceso de colesterol y que las células de Kupffer eran las que hacían el trabajo", según Malin.
Sistema inmunológico del hígado
Como pudieron observar estos investigadores, no fueron las clásicas células del hígado las que procedieron a esta respuesta, sino un tipo de célula inmune llamada células de Kupffer, conocidas por reconocer sustancias extrañas o nocivas y devorarlas. El descubrimiento realizado en ratones también fue validado en muestras de tejido humano.
Tras estos hallazgos, los autores de este trabajo han constatado que el sistema inmunológico del hígado juega un papel activo en la regulación de los niveles de colesterol y sugiere que la aterosclerosis es una enfermedad sistémica que afecta a múltiples órganos y no sólo a las arterias.
Los investigadores esperan que al comprender cómo el hígado y otros tejidos se comunican entre sí después de haber estado expuestos al colesterol alto, puedan encontrar nuevas formas de prevenir o tratar enfermedades cardiovasculares y hepáticas.
"Nuestro siguiente paso es observar cómo responden otros órganos al exceso de colesterol y cómo interactúan con el hígado y los vasos sanguíneos en la aterosclerosis. Esto podría ayudarnos a desarrollar estrategias más holísticas y efectivas para combatir esta enfermedad común y mortal", concluyó el investigador Malin.