Un producto fitoterapéutico atenúa el dolor en un modelo de artritis reumatoide
El anemósido B4 actúa a nivel de la médula espinal, reduciendo la sensibilidad a estímulos nociceptivos y mejorando la coordinación motora.
Científicos de diversos centros chinos han examinado el potencial del anemósido B4, una saponina vegetal de uso común en la medicina tradicional de ese país, hallando que su administración intraperitoneal durante 3 días consecutivos ofrece beneficio en un modelo de artritis reumatoide. A los 15 días los animales tratados exhibieron ...
Científicos de diversos centros chinos han examinado el potencial del anemósido B4, una saponina vegetal de uso común en la medicina tradicional de ese país, hallando que su administración intraperitoneal durante 3 días consecutivos ofrece beneficio en un modelo de artritis reumatoide. A los 15 días los animales tratados exhibieron un incrementado umbral de respuesta a estímulos mecánicos dolorosos, así como una prolongación del tiempo de latencia antes de una caída en una rueda giratoria, lo que refleja mayor coordinación motora. En el análisis de la médula espinal los investigadores constataron una significativa reducción de los niveles de múltiples mediadores relacionados con la inflamación, incluyendo la IL-1beta, la caspasa-1 y el inflamasoma NLRP3.
Min Xie, científico de la Universidad de Hubei y director del estudio, afirma que el tratamiento también promovió la expresión de factores antioxidantes en la médula, lo que podría explicar la menor activación del NLRP3, restaurando además la función mitocondrial en este tejido. El investigador prosigue indicando que, también en la médula espinal, la terapia redujo la activación de una vía de señalización considerada como diana terapéutica en la gestión del dolor neuropático. Xie señala que la sensibilización central es un mecanismo clave en el dolor crónico asociado a la artritis reumatoide, presentando hasta el 41% de los pacientes este síndrome. Éste surgiría como consecuencia de la liberación de agentes nociceptivos por el tejido articular dañado, asegura el investigador. Los actuales hallazgos ponen de manifiesto el potencial del anemósido B4 en la modulación de un amplio espectro de factores patofisiológicos en la artritis, con las consiguientes implicaciones terapéuticas.
