Los problemas con nuestro sueño y nuestro reloj biológico interno pueden desencadenar o empeorar una variedad de trastornos psiquiátricos, según una nueva publicación de ´Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS)´. Revisando la evidencia reciente disponible, este trabajo sugiere que comprender mejor la relación entre el sueño, los ritmos ...
Los problemas con nuestro sueño y nuestro reloj biológico interno pueden desencadenar o empeorar una variedad de trastornos psiquiátricos, según una nueva publicación de ´Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS)´. Revisando la evidencia reciente disponible, este trabajo sugiere que comprender mejor la relación entre el sueño, los ritmos circadianos y la salud mental podría desbloquear nuevos tratamientos holísticos para aliviar los problemas de salud mental.
Para analizar esta cuestión, un equipo internacional de investigadores de la Universidad de Southampton (Reino Unido), el Kings College de Londres (Reino Unido), la Universidad de Stanford (Estados Unidos) y otras instituciones exploraron evidencia reciente sobre el sueño y los factores circadianos, centrándose en adolescentes y adultos jóvenes con trastornos psiquiátricos. Este es un momento en el que las personas corren mayor riesgo de desarrollar trastornos de salud mental y en el que es probable que se produzcan alteraciones del sueño y de los ritmos circadianos.
Los investigadores examinaron los posibles mecanismos detrás de las alteraciones circadianas del sueño en los trastornos psiquiátricos. Durante la adolescencia, los cambios fisiológicos en la forma en que dormimos se combinan con cambios de comportamiento, como quedarnos despiertos más tarde, dormir menos en las noches escolares y dormir hasta tarde los fines de semana.
Así se observó que la variabilidad en la duración y el horario del sueño puede provocar una desalineación entre nuestro reloj biológico y nuestros ritmos de sueño-vigilia, lo que puede aumentar el riesgo de alteraciones del sueño y resultados adversos para la salud mental.
Los investigadores también observaron el papel de los genes, la exposición a la luz, la neuroplasticidad y otros posibles factores. Aquellos con una predisposición genética a un cambio reducido en los niveles de actividad entre las fases de descanso y vigilia tienen más probabilidades de experimentar depresión, inestabilidad del estado de ánimo y neuroticismo.
Las encuestas a nivel de población muestran que el tiempo que los propios participantes pasan al aire libre se asocia con una menor probabilidad de sufrir trastornos del estado de ánimo. Se cree que el sueño desempeña un papel clave en la forma en que el cerebro forma nuevas conexiones neuronales y procesa recuerdos emocionales.
Ante esta evidencia, Renske Lok, de la Universidad de Stanford, quien codirigió la revisión, señala: "Apuntar al sueño y los factores de riesgo circadianos presenta la oportunidad de desarrollar nuevas medidas y terapias preventivas. Algunas de ellas son consideraciones a nivel de población, como el horario de los días escolares y laborales, o cambios en el entorno construido para optimizar la exposición a la luz. Otras son intervenciones personalizadas adaptadas a los parámetros circadianos individuales".
Se ha demostrado que la terapia cognitivo-conductual para el insomnio (TCC-I) reduce la ansiedad y los síntomas depresivos, así como los síntomas de trauma en personas que experimentan trastorno de estrés postraumático. En la depresión unipolar y bipolar, la fototerapia (administrada al levantarse por la mañana) fue eficaz en comparación con un placebo. Usarlo en combinación con medicamentos también fue más efectivo que usar medicamentos solos.
Otros hallazgos sugieren que la luz es eficaz en el tratamiento de la depresión perinatal. El horario de medicación, comidas y ejercicio también podría afectar las fases circadianas. Tomar melatonina por la noche puede ayudar a las personas con trastorno de la fase retardada del sueño-vigilia a adelantar su reloj biológico hacia un patrón de sueño más convencional y puede tener efectos beneficiosos en trastornos psiquiátricos comórbidos.
El trabajo nocturno puede afectar negativamente a la salud mental, pero comer durante el día en lugar de durante la noche podría ayudar; las investigaciones demuestran que comer durante el día previene el deterioro del estado de ánimo. La revisión también señala intervenciones innovadoras de múltiples componentes, como la Intervención Transdiagnóstica para el Sueño y la Disfunción Circadiana (Trans-C). Combina módulos que abordan diferentes aspectos del sueño y los ritmos circadianos en un marco de salud del sueño que se aplica a una variedad de trastornos de salud mental.