Cuidado oftálmico, una prioridad a impulsar desde las farmacias

Sensación de sequedad ocular, visión borrosa, picor, quemazón, ardor o sensación de cuerpo extraño componen la sintomatología que también acecha a los ojos con la implantación del invierno. Tiempo de temperaturas bajas y calefacciones altas que también supone un riesgo cuando se practican deportes en el exterior, especialmente si hay nieve.

Hidratar y proteger, siempre

Al ser los ojos la tarjeta de presentación de las personas y la vía de entrada al mundo sensible, procede en estas fechas de bajos niveles de mercurio que los farmacéuticos tengan muy presentes los consejos necesarios para cuidarlos también en invierno. Cuidados que pasan por aumentar la debida hidratación ante la mayor evaporación que provocan las aludidas calefacciones en domicilios y vehículos. A lo que ayuda, además, incrementar la tasa normal de parpadeo para estimular la secreción de lágrimas naturales o usar lágrimas artificiales pero que no incluyan conservantes.

También hay que recordar a las personas que entran en la botica que también son importantes las gafas de sol en invierno ya que, aunque el tiempo diurno de insolación es inferior al de las estaciones más cálidas, también se puede dar un exceso de exposición a los rayos ultravioletas, especialmente en zonas de altitud considerable. Si hay presencia de nieve en la zona visitada o de residencia pueden darse episodios de quemaduras en los ojos (fotoqueratitis). Hasta el punto de que se puede hablar de ceguera de la nieve, tal como advierte el Colegio Nacional de Ópticos y Optometristas, en un porcentaje tan elevado que puede llegar al 20% de aquellos que practican deportes de nieve y montaña. Peligro que se puede evitar con gafas de protección solar, central y lateral, con un adecuado filtrado y marcado CE de calidad europea. Al tener presente que se calcula que la nieve refleja el 80% de la radiación ultravioleta, por encima de otras superficies, y que el efecto de la radiación crece un 15% por cada por cada 1.000 metros que se ganan en altitud.

También se pueden adecuar los espacios de interior al cuidado de los ojos, siendo útiles los humificadores y no poner temperaturas demasiado elevadas en las calefacciones para evitar que estos órganos se resequen. Aunque, de darse casos de picazón o sensación de cuerpo extraño cuando ya hay sequedad, el mejor consejo también es no frotarse los ojos. Acción que no solo ensucia la zona, sino que también puede producir heridas de mayor o menor consideración con el consecuente riesgo de infección añadida al problema. Por lo que siempre es mejor, en ese caso, como bien saben los farmacéuticos, aclarar con agua fría o recurrir a suero fisiológico. Sin obstar en ningún momento a acudir al profesional asistencial cuando la importancia o gravedad del caso así lo sugiera.

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