Uno de cada cinco pacientes con dolor oncológico no responden o no toleran los tratamientos convencionales en primera línea. Para estas personas, queda la opción intervencionista con la administración de la terapia intratecal. Es decir, la administración continua de fármacos y directa en la zona donde aparece el dolor; una ...
Uno de cada cinco pacientes con dolor oncológico no responden o no toleran los tratamientos convencionales en primera línea. Para estas personas, queda la opción intervencionista con la administración de la terapia intratecal. Es decir, la administración continua de fármacos y directa en la zona donde aparece el dolor; una opción disponible para quienes tienen algún tipo de cáncer en cualquier momento de la evolución de su enfermedad.
En concreto, explica Concepción Pérez Hernández, jefa de la Unidad del Dolor en el Hospital Universitario La Princesa (Madrid) y en el Hospital Universitario de la Zarzuela (Madrid), esta técnica se infunde alrededor del líquido cefalorraquídeo que envuelve la médula y a las raíces nerviosas para que, con poca cantidad de fármaco, la analgesia resulte intensa y, por tanto, efectiva. Además, disminuye los posibles efectos secundarios. "Es una de las técnicas que más evidencia tienen y que más utilizamos por su versatilidad de poder utilizar en muchos enfermos", completa la doctora.
Ella formó parte de un grupo de expertos españoles que publicaron el pasado agosto un documento de consenso para una correcta coordinación entre los distintos profesionales y, también, pacientes que se involucran en su enfermedad. "Hemos pasado de una medicina paternalista a una medicina donde el paciente entiende perfectamente y es consciente" de su patología, añade, y por tanto hacía falta sentar unas bases de referencia para una correcta actuación con este colectivo.
El trabajo Cancer-Related Pain Management in Suitable Intrathecal Therapy Candidates: A Spanish Multidisciplinary Expert Consensus, publicado en la revista Current Oncology, aporta un valor "diferencial" en el consenso multidisciplinar que se ha logrado: se involucran oncólogos médicos, radioterapeutas, paliativistas, gestores, médicos de familia, enfermeros, unidades del dolor y pacientes. Esto ha servido para detectar las carencias en cada una de las fases del manejo del dolor y el abordaje del tratamiento.
Un aspecto al que es vital llegar, ya que la mitad (55%) de las personas diagnosticadas con un cáncer siente dolor, según la Organización Mundial de la Salud. Es uno de los síntomas más habituales y uno de los que más impacta en la calidad de vida. Así, en el documento se precisa que los pacientes deben ser derivados a especialistas en dolor cuando el dolor no mejore rápidamente o se prevean efectos secundarios intolerables de la analgesia.
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