Asocian cambio climático con propagación de enfermedades diarreicas

El impacto del cambio climático en la propagación de enfermedades depende de la interacción entre los eventos climáticos, las vulnerabilidades locales y la exposición a agentes patógenos, en este caso, causantes de patologías diarréicas.

19/01/2024

La diarrea es, a nivel mundial, la tercera causa de muerte, sobre todo, entre niños menores de cinco años. Sólo la neumonía, que contribuye a más de 500.000 muertes, la supera cada año. El cambio climático, que provoca un aumento de las inundaciones y las sequías, amenaza los frágiles avances ...

La diarrea es, a nivel mundial, la tercera causa de muerte, sobre todo, entre niños menores de cinco años. Sólo la neumonía, que contribuye a más de 500.000 muertes, la supera cada año. El cambio climático, que provoca un aumento de las inundaciones y las sequías, amenaza los frágiles avances logrados en la reducción de la carga de enfermedades diarreicas en las últimas décadas.

Y es que, según revela un nuevo estudio de la Universidad de Surrey (Reino Unido), la temperatura y la humedad, entre otros factores, están relacionados con una mayor propagación de este tipo de patologías, al favorecer la transmisión de la campilobacteriosis, una infección bacteriana que puede causar diarrea y dolores de estómago. Precisamente, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las infecciones por Campylobacter son las causas más comunes de gastroenteritis bacteriana humana en el mundo. Las infecciones son generalmente leves, pero pueden ser fatales en niños muy pequeños, ancianos y personas inmunodeprimidas.

Efectos del incremento de temperatura

Para determinar si el clima afecta la incidencia de campilobacteriosis, los investigadores analizaron datos de aproximadamente un millón de casos de campilobacteriosis en Inglaterra y Gales durante un período de 20 años de la UK Health Security Agency (UKHSA). El equipo desarrolló un modelo matemático innovador que les permitió comparar estos datos proporcionados por la Oficina Meteorológica con los parámetros meteorológicos de la época.

El análisis de estos datos mostró que la incidencia de campilobacteriosis fue constante por debajo de temperaturas de ocho grados Celsius. Sin embargo, se observó un fuerte aumento de la infección (aproximadamente un caso por millón) por cada aumento de cinco grados en la temperatura, donde las temperaturas oscilaban entre ocho y 15 grados centígrados. El equipo identificó un vínculo con la humedad y también observó altos incidentes de infección cuando los niveles de vapor de agua en el aire estaban entre el 75 y el 80 por ciento.

Asimismo, los investigadores observaron fuertes asociaciones entre la duración del día (más de 10 horas) y un aumento de los casos de la enfermedad. Esta asociación se fortaleció aún más cuando la humedad también era alta. Las precipitaciones y la velocidad del viento no estuvieron fuertemente relacionadas con la propagación de la campilobacteriosis.

Si bien los investigadores no han hallado todavía una respuesta a este fenómeno sospechan que podría ser que el clima cálido aumente la supervivencia y la propagación de bacterias patógenas (por lo que el clima causa la enfermedad) o, alternativamente, podría ser el comportamiento de las personas y la forma en que socializan durante esos períodos. "Lo que hemos descubierto es que el aumento de las temperaturas, la humedad y el aumento de la duración del día están asociados con la propagación de la campilobacteriosis", corroboró el Dr. Giovanni Lo Iacono, profesor titular de Bioestadística y Epidemiología de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Surrey.

"Los datos ambientales pueden ayudarnos a comprender patrones complejos en la propagación de enfermedades. Tener este conocimiento es invaluable ya que puede ayudarnos a identificar áreas vulnerables a posibles brotes y garantizar que tengan los recursos disponibles para tratar a las personas afectadas y frenar la propagación de enfermedades a otras áreas", indicó, por su parte, Gordon Nichols, profesor visitante de la Universidad de Surrey.

Autor: IM Farmacias