El farmacéutico es el profesional de la salud que los pacientes con problemas digestivos tienen más cerca para pedirle consejo sobre las mejores intervenciones para cuidar su intestino a través de actuar sobre el microbioma intestinal. Lo tiene claro Andreu Prados, farmacéutico, dietista-nutricionista y redactor científico y médico sobre tratamientos ...
El farmacéutico es el profesional de la salud que los pacientes con problemas digestivos tienen más cerca para pedirle consejo sobre las mejores intervenciones para cuidar su intestino a través de actuar sobre el microbioma intestinal. Lo tiene claro Andreu Prados, farmacéutico, dietista-nutricionista y redactor científico y médico sobre tratamientos para la salud digestiva. Señala que "esta cercanía convierte al farmacéutico en un `influencer´ de los probióticos, prebióticos y otros tratamientos para cuidar la salud digestiva" y que, por eso, "es imprescindible que se actualice continuamente sobre nutrición digestiva".
"Ayudar a las personas a mejorar su salud digestiva desde la farmacia pasa por recomendar incluir alimentos y nutrientes amigos del intestino y del microbioma intestinal", asegura. Avisa de que las dietas restrictivas no son la primera alternativa cuando hay problemas digestivos. "Primero, conviene poner orden en la alimentación", explica. Dice que las dietas restrictivas, como la dieta baja en FODMAPs, pueden funcionar a corto plazo, pero se desconoce su efectividad y seguridad a largo plazo. Como farmacéuticos, hay que trabajar con el paciente con el objetivo de evitar las restricciones alimentarias excesivas y conseguir la máxima variedad dietética posible mientras se mantiene el control de los síntomas.
Por otro lado, Prados recomienda no excluir por completo la verdura y la fruta sólo porque a una persona le sientan mal. "La sensación de flatulencia de una dieta rica en fibra es menos intensa en aquellas personas que tienen un microbioma intestinal estable porque de forma habitual consumen fruta y verdura", revela. No siempre es necesario quitar el gluten. "Los estudios más recientes relacionan a los fructanos, y no al gluten, como los culpables del malestar digestivo en las personas sensibles al gluten", informa.
Asimismo, "los lácteos sin lactosa no son más fáciles de digerir". Afirma que una persona sana que no tenga intolerancia a la lactosa puede seguir consumiendo lácteos. Otro consejo es incluir de forma regular cepas probióticas con respaldo científico. Eso sí, "no es suficiente recomendar tomar probióticos en general para el bienestar digestivo, sino que tienes que recomendar el género, la especie y la cepa que cuenta con respaldo científico para el síntoma digestivo concreto que se quiere mejorar". Indica que, para los problemas digestivos recurrentes, como el síndrome del intestino irritable, hay que esperar doce semanas antes de juzgar si un probiótico es eficaz.
Cita las principales herramientas con las que se cuenta como farmacéuticos para los problemas digestivos, apoyadas por guías de práctica clínica, revisiones sistemáticas o ensayos clínicos individuales. Aceite de menta para aliviar la dispepsia funcional y los síntomas globales e individuales (dolor abdominal, hinchazón y distensión abdominal y dolor en el momento de ir al baño) del síndrome del intestino irritable en adultos. El aceite esencial de menta piperita y de alcaravea proporciona un alivio rápido de los síntomas de la dispepsia funcional. Ispaghula/psyllium para mejorar el estreñimiento crónico y el síndrome del intestino irritable de predominio diarrea o estreñimiento. El aloe vera sirve para aliviar los síntomas del síndrome del intestino irritable.
Prebióticos como los fructooligosacáridos de cadena corta y los galactooligosacáridos, a dosis bajas (inferiores a 6 g/día) y administrados de forma intermitente, pueden mejorar el dolor abdominal y la flatulencia, y la reducción de los síntomas se mantiene hasta dos semanas después de dejar de tomar el prebiótico. Algunos probióticos han mostrado ser efectivos para tratar la diarrea aguda, prevenir la diarrea asociada a antibióticos, mejorar la tasa de erradicación de Helicobacter pylori junto a los antibióticos y mejorar los síntomas globales, el dolor y la hinchazón abdominal del síndrome del intestino irritable y el estreñimiento funcional. La curcumina puede ser igual de efectiva que el omeprazol para la dispepsia funcional. Por su parte, la glutamina se puede emplear para reducir los síntomas del síndrome del intestino irritable de predominio diarrea tras una gastroenteritis y mejorar la efectividad de la dieta baja en FODMAPs. Por último, la melatonina se dirige a mejorar el dolor abdominal, los síntomas globales y la calidad de vida de las personas con síndrome del intestino irritable.