Investigadores del Instituto Garvan de Investigación Médica (Australia) han identificado una serie de fallos celulares que subyacen a trastornos genéticos como el conocido como ´síndrome de PI3K Delta 2 activado (APDS2)´. Se trata de una afectación causada por variaciones genéticas que interrumpen la señalización de las células inmunitarias a través ...
Investigadores del Instituto Garvan de Investigación Médica (Australia) han identificado una serie de fallos celulares que subyacen a trastornos genéticos como el conocido como ´síndrome de PI3K Delta 2 activado (APDS2)´. Se trata de una afectación causada por variaciones genéticas que interrumpen la señalización de las células inmunitarias a través de una proteína llamada PI3K.
Según se desprende del estudio, PI3K juega un papel crucial en la activación de las células inmunitarias para el crecimiento, la proliferación, la supervivencia, la migración y la función. Los investigadores encontraron que las variaciones genéticas en APDS2 y un trastorno similar, APDS1, alteran la señalización de PI3K de diferentes maneras, lo que produce efectos distintos en el sistema inmunitario.
Los trastornos APDS son similares en sus impactos pero siguen vías genéticas diferentes. Las variaciones en el gen PIK3R1 subyacen a APDS2, mientras que las variaciones en PIK3CD subyacen a APDS1. Aunque ambos dan como resultado una mayor señalización de PI3K, sus sutiles diferencias (en células específicas, escalas de tiempo y mecanismos) producen efectos inmunológicos distintos. En APDS2, se generan menos células B que responden a la vacunación, mientras que en APDS1, se reduce la cantidad de células T. Pero en ambos casos, los trastornos dan como resultado respuestas deficientes de anticuerpos. Además, las variaciones de APDS2 parecen afectar a las células no inmunitarias, lo que provoca retrasos en el crecimiento.
Señalización del sistema inmunitario
Estos hallazgos, publicados en el ´Journal of Experimental Medicine´ "conducen a cómo la señalización en el sistema inmunitario debe estar estrechamente equilibrada para dar una respuesta eficaz a la infección. A veces se rechaza y tiene un problema, y otras veces la activación de la señalización puede interferir con una respuesta inmunitaria", tal como explicó la profesora Elissa Deenick, jefa del Laboratorio de activación y señalización de linfocitos, codirectora del Programa de inmunología de precisión en Garvan y autora principal del artículo.
Los resultados también informan sobre las señales que se requieren para lograr buenas respuestas a las vacunas en general. "Incluso para las personas que no tienen condiciones genéticas raras, otros genes pueden afectar estas vías, lo que podría contribuir a que diferentes personas tengan respuestas variadas a las vacunas", según la Dra. Tina Nguyen, coautora principal del estudio.
Asimismo, revelan cuán finamente sintonizada debe estar la señalización de las células inmunitarias y cómo, incluso, las interrupciones menores pueden conducir a una deficiencia o disfunción inmunitaria. "Son un paso significativo hacia la comprensión de los procesos moleculares y el desarrollo de tratamientos más específicos y efectivos para los trastornos", según estos investigadores.
"Con un mejor acceso a las pruebas genómicas, será mucho más fácil para los pacientes recibir diagnósticos de afecciones como APDS2. Conocer la base genética de una enfermedad puede permitir planes de tratamiento personalizados y específicos que brinden a los pacientes la mejor oportunidad de un manejo efectivo o, con suerte, una cura con el tiempo", añadió, por su parte, el profesor Stuart Tangye, investigador principal del artículo y director de Inmunobiología y Laboratorio de Inmunodeficiencia en Garvan.