"La crisis del personal sanitario en Europa ya no es una amenaza inminente, está aquí y ahora. Los proveedores y trabajadores de la salud en toda nuestra región claman ayuda y apoyo", tal como ha manifestado el director regional de la OMS para Europa, Dr. Hans Henri P. Kluge. Estas ...
"La crisis del personal sanitario en Europa ya no es una amenaza inminente, está aquí y ahora. Los proveedores y trabajadores de la salud en toda nuestra región claman ayuda y apoyo", tal como ha manifestado el director regional de la OMS para Europa, Dr. Hans Henri P. Kluge. Estas declaraciones se enmarcan en una reunión de alto nivel que se está celebrando estos días en Bucarest para impulsar acciones gubernamentales en apoyo y protección a todos los trabajadores sanitarios.
La reunión, coorganizada por OMS/Europa y el Ministerio de Salud de Rumania, ha congregado a miembros de 49 de los 53 Estados de la región europea de la OMS, entre ellos, ministros y representantes gubernamentales, portavoces de la sociedad civil, organizaciones profesionales, junco con académicos y expertos, además de trabajadores de la salud.
Todos ellos han adoptado la ´Declaración de Bucarest´ que insta a la acción política y al compromiso de proteger, apoyar e invertir en los trabajadores de la salud en toda Europa y Asia central.
"La pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto la fragilidad de los sistemas de salud y la importancia de contar con un personal sanitario sólido y resiliente. No podemos esperar más para abordar los desafíos apremiantes que enfrenta nuestra fuerza laboral de salud. La salud y el bienestar de nuestras sociedades están en juego, simplemente no hay tiempo que perder", ha añadido el dirigente de OMS/Europa.
Llamamiento a la acción política
Con el documento firmado se pretende una serie de mejoras, tales como la contratación y retención de los trabajadores sanitarios y asistenciales; potenciar los mecanismos de suministro de personal sanitario; optimizar el rendimiento del personal sanitario y asistencial; planificar mejor el personal sanitario y asistencial; yaumentar la inversión pública en educación, desarrollo y protección de la masa laboral.
La Declaración de Bucarest, según se informa desde OMS/Europa reconoce los vínculos entre estas prioridades y la necesidad de colaboración con todas las partes interesadas, incluidos los representantes de la fuerza laboral de salud y atención, sus empleadores, los ministerios nacionales de finanzas y educación, y las organizaciones, fideicomisos y fundaciones internacionales sin fines de lucro.
"Los trabajadores de la salud son la columna vertebral de los sistemas de atención médica, y su dedicación y arduo trabajo deben ser reconocidos y apoyados ahora", ha manifestado, por su parte, la directora de Políticas y Sistemas de Salud Nacionales de la OMS/Europa, la Dra. Natasha Azzopardi-Muscat.
´Bomba de relojería´
Un reciente informe regional publicado por la OMS/Europa ya advirtió sobre una "bomba de relojería" que amenaza los sistemas de salud en Europa y Asia central. El progresivo envejecimiento tanto de la población como de los recursos humanos de salud, junto con un aumento en las enfermedades crónicas y los efectos de la pandemia de COVID-19, conducen a un colapso inminente en áreas clave de los sistemas de salud de los países, ante lo cual "se precisan medidas políticas rápidas y concretas. estas cuestiones, empezando por el personal sanitario", según se expone en el mismo.
Asimismo, dicho informe destacó que en base a los datos manejados de 13 de los 44 países que los proporcionan, el 40% de los médicos tienen más de 55 años, lo que plantea un desafío importante para la sostenibilidad de la fuerza laboral. Al mismo tiempo, los mercados laborales están cambiando con una movilidad y migración de trabajadores cada vez más complejas. Como resultado, a algunos países les resulta cada vez más difícil atraer y retener a los jóvenes en las profesiones sanitarias y asistenciales.
Es por ello que durante la actual reunión de Bucarest se sentarán las bases para una serie de actuaciones que pivoten en torno a retener y contratar trabajadores sanitarios y asistenciales, especialmente en zonas rurales y remotas; mejorar las condiciones de trabajo, incluido un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal; proteger la salud mental y el bienestar de los trabajadores sanitarios y asistenciales; promover las habilidades digitales de los trabajadores de la salud; mejorar la gobernanza y la planificación del personal sanitario; promover prácticas migratorias éticas; así como abordar las brechas de género en el personal sanitario y asistencial.