Detectan posibles biomarcadores derivados de la microbiota intestinal útiles para el diagnóstico de la enfermedad del hígado graso

La enfermedad del hígado graso es la patología hepática crónica más común en todo el mundo, especialmente en personas con obesidad, y muchas veces predispone a enfermedades cardiovasculares.

Actualmente, uno de los campos de investigación que se encuentra en pleno progreso está relacionado con el análisis de metabolitos derivados del intestino que son fabricados por los microbios a partir de los alimentos. Al respecto, un estudio reciente de la Universidad de de Jyväskylä (Finlandia) comparó la microbiota intestinal y los metabolitos derivados del intestino entre controles sanos e individuos con hígado graso. El estudio se realizó en colaboración con las Universidades de Helsinki, Finlandia Oriental e Indiana, así como con la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer de la OMS.

Los investigadores encontraron que las personas con hígado graso tenían, por ejemplo, más productos de degradación del aminoácido leucina e histidina, así como menos testosterona en sus heces. "Estos podrían considerarse biomarcadores derivados de la microbiota intestinal útiles para diagnosticar la enfermedad del hígado graso", explicó Satu Pekkala, profesora titular de la Universidad de Jyväskylä. "Actualmente estamos analizando nuevos datos para determinar si estos biomarcadores también podrían usarse para identificar pacientes con hígado graso que pueden tratarse con una dieta personalizada", añadió.

El hallazgo más interesante en las muestras de sangre fue que los individuos con hígado graso tenían niveles más altos de cafeína y sus metabolitos, a pesar de que ambos grupos consumían la misma cantidad de café.

Más estudios sobre enzimas

Un fallo en el metabolismo de la cafeína puede reflejar una menor actividad de las enzimas del citocromo en el hígado. Estas enzimas son degradadores importantes de fármacos y nutrientes y, por lo tanto, su papel debe estudiarse más para comprender la importancia de estas enzimas y del hígado graso en la salud general.

Al revisar la literatura existente, Pekkala observó que los estudios sobre los metabolitos fecales en la enfermedad del hígado graso eran bastante escasos. Asímismo, comprobó que muchos hallazgos de investigación eran contradictorios, y solo su trabajo consideró la dieta en los análisis.

"Debido a que los microbios digieren los alimentos que comemos, no se puede saber si las diferencias de metabolitos entre los controles sanos y los pacientes con hígado graso se deben únicamente a diferencias en la dieta", según esta investigadora. "Para que los biomarcadores microbianos puedan usarse para el diagnóstico, se necesita más investigación en poblaciones más grandes".