Guillermo Bagaría de Casanova, vocal de Oficina de Farmacia del COF de Barcelona y director del congreso Infarma Barcelona 2023, moderó este martes el aula profesional sobre los retos de la farmacia asistencial. Dio una visión académica Eduardo Luis Mariño Hernández, catedrático de Farmacia Galénica y director de la Unidad de ...
Guillermo Bagaría de Casanova, vocal de Oficina de Farmacia del COF de Barcelona y director del congreso Infarma Barcelona 2023, moderó este martes el aula profesional sobre los retos de la farmacia asistencial.
Dio una visión académica Eduardo Luis Mariño Hernández, catedrático de Farmacia Galénica y director de la Unidad de Farmacia Clínica y Atención Farmacéutica, de la Facultad de Farmacia y CCAA. Universidad de Barcelona. "Uno de los principales retos es entender de qué hablamos cuando hablamos de farmacia asistencial. Es una trayectoria que comenzó en los años 40, cuando comenzó la farmacia clínica. Estuvo dormida y no fue hasta los años 60 cuando se retomó la idea. Parker aportó una definición de farmacia clínica. Con el tiempo, se dio una definición sencilla. En los 90, introdujimos una asignatura de farmacia clínica, y atención farmacéutica. Más tarde, definimos los servicios farmacéuticos profesionales", relató. Se ha ido refinando. La farmacia asistencial implica atención farmacéutica, evidencia y el conocimiento del paciente y el seguimiento y control de éste. Constató que la farmacia asistencial es una práctica del farmacéutico en la que se asumen responsabilidades, para conseguir los mejores resultados en salud.
Aterrizó el concepto Carlos Treceño Lobato, vocal de la Fundación Pharmaceutical Care. "Hemos vivido una evolución. El farmacéutico siempre ha tenido una preparación asistencial, pero hace 50 años se hacía de una manera más desorganizada. Ahora, hemos conseguido hacer una farmacia asistencial, que responda a las necesidades de la sociedad. En el siglo XXI, hemos dado un paso importante, porque los planteamientos teóricos se han protocolizado", dijo. Definió la atención farmacéutica como la participación activa del farmacéutico en la mejora de salud del paciente. Ya no son dos o tres competencias aisladas. Los aspectos críticos son la formación, la implantación generalizada, la carrera profesional, la especialidad, la remuneración de los servicios profesionales farmacéuticos y el trabajo en red.
Jesús Carlos Gómez Martínez, farmacéutico comunitario en Barcelona y presidente de SOCFIC y de SEFYNC, abrió la mirada hacia lo que se está avanzando en otros países. "Me encontré una atención farmacéutica que estaba en los altares, pero luego lo tienes que llevar a la tierra. Cuando uno deja de ser deportista, el siguiente paso más bonito es ser entrenador. España y Portugal estamos muy desarrollados en atención farmacéutica, pero se puede aprender mucho de Iberoamérica. Hay que establecer un concepto claro de lo que es la farmacia de calle. ¿Atención farmacéutica sin farmacéutico? ¿A alguien se le ocurriría ir al consultorio médico sin médico?", sostuvo. Es decir, "sin farmacéutico no hay atención farmacéutica". No concibió la farmacia sin atención farmacéutica. Citó formación, protocolización e implementación. Reclamó trabajar la dispensación, que "no es mera dispensación". Aquí, el "hasta cuándo" es fundamental.
La farmacia asistencial consume recursos. Antoni Torres, presidente de FEFAC, miembro de la Junta Directiva y del Comité ejecutivo de PIMEC, y presidente de la sectorial de Servicios de Salud y Sociales de PIMEC, ofreció la visión empresarial. "La farmacia asistencial es un objetivo, es un medio, es una herramienta. Es la esencia de una profesión, aquello que nos mueve para ser útiles", pronunció. Mostró unos alicantes para dejar claro que la farmacia asistencial debe ser una herramienta útil para la sociedad. Para que una herramienta sea útil, un lado debe ser consistente y, además, sostenible. Si los servicios no son útiles, la herramienta se romperá.