Investigadores de la Universidad de Valencia y de otros centros nacionales han conseguido devolver a ratones envejecidos los rasgos propios de la juventud, mediante la administración de vesículas extracelulares (VEs) procedentes de células madre mesenquimales del tejido adiposo de donantes jóvenes. A los 30 días del tratamiento los animales exhibieron ...
Investigadores de la Universidad de Valencia y de otros centros nacionales han conseguido devolver a ratones envejecidos los rasgos propios de la juventud, mediante la administración de vesículas extracelulares (VEs) procedentes de células madre mesenquimales del tejido adiposo de donantes jóvenes. A los 30 días del tratamiento los animales exhibieron mejoras en la fuerza de asimiento, mayor resistencia a la fatiga, mejor coordinación motora y preservación de los niveles plasmáticos de urea, indicativo de un efecto protector sobre la función renal. Siendo ésta la que más rápidamente se deteriora con la edad, los científicos examinaron la histología de este órgano, hallando que el tratamiento reduce la atrofia tubular y, en menor medida, la fibrosis intersticial, lo que hace suponer que las VEs regeneran el tejido impulsando la proliferación de las células del túbulo.
La terapia también incrementó la sección transversal de las fibras musculares, parámetro que normalmente disminuye con la edad, causando atrofia y pérdida de fuerza. En la estimación de la edad mediante varios relojes epigenéticos se constató una reducción de la misma en diversos órganos, excepto en el músculo y el bazo. También fueron observados cambios bioquímicos favorables, con aumento en los niveles de múltiples aminoácidos, incluyendo los de cadena ramificada, los cuales están asociados a mejor salud metabólica. Las VEs promovieron, además, la regeneración de pelaje corporal previamente eliminado, ya a los 14 días de la inyección. Los beneficios del tratamiento fueron transitorios, desapareciendo a los 60 días.