El rol del farmacéutico comunitario se ha debatido este sábado en el X Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios y III Reunión Internacional de Farmacéuticos Comunitarios, organizado por la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC), desde tres enfoques que definirán su futuro. Bajo un título que ha dejado ...
El rol del farmacéutico comunitario se ha debatido este sábado en el X Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios y III Reunión Internacional de Farmacéuticos Comunitarios, organizado por la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC), desde tres enfoques que definirán su futuro. Bajo un título que ha dejado claro de qué se hablaría, `Atando cabos: dispensación excepcional, historia farmacéutica y especialidad en farmacia comunitaria´ ha generado un debate que ha invitado a la reflexión y a la acción.
Tal como se dijo en la jornada de este viernes durante el debate sobre teleatención farmacéutica, "no se puede empezar la casa por el tejado". De ahí que un cambio en la formación se antoje fundamental –y complicado–, pero requiere de un impulso legislativo dependiente del Ministerio de Sanidad.
Eduardo Luis Mariño Hernández, farmacéutico, catedrático de universidad y director de la Unidad de Farmacia Clínica y Atención Farmacéutica de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Barcelona se ha remontado hasta 2008, cuando entró en vigor la Orden CIN/2137/2008 que regulaba los requisitos para la obtención del título de Grado en Farmacia.
Sobre esta, que ha valorado como "una buena Orden", apuntó que, aunque debería haber habilitado para la profesión de farmacéutico asistencial gracias a la obtención de Máster (la carrera tiene una duración de cinco años), "no ha ocurrido" bajo su punto de vista. En la actualidad, "solo" habilita al ejercicio de Farmacia Comunitaria como titular o contratado, como director técnico empresa distribuidora medicamentos o bien como Farmacéutico de Atención Primaria.
Lo que queda claro escuchando a los docentes de universidad es que hace falta un cambio respecto de la formación superior. "Las funciones del farmacéutico comunitario requieren de una serie de competencias que hay que adquirir a base de conocimientos y habilidades. Estas competencias solo se adquieren mediante el ejercicio profesional", ha analizado por su parte Tomás Codesal Gervás, farmacéutico comunitario en Zamora y presidente de SEFAC Castilla y León.
Codesal también ha apuntado hacia la falta de homogeneidad en los cursos de posgrado, que presentan a día de hoy "unas diferencias muy grandes entre unos y otros en cuanto a formación, profesorado, etc". Y ha alertado que, respecto a otros profesionales sanitarios, los farmacéuticos están expuestos "a una gran diferenciación", teniendo en cuenta que más del 80% de titulados ejercen en farmacias comunitarias, según ha cifrado.
Con todo, el farmacéutico comunitario es "el único" en su entorno que carece de una especialidad. Codesal no ha dudado en asegurar que implantarla traería beneficios "para el sistema sanitario, los pacientes y el propio profesional farmacéutico" al participar de manera más activa en un trabajo multidisciplinar.
Historia clínica
Otro de los aspectos que es objeto de reclamación desde hace tiempo es poder tener una historia clínica (HC) compartida entre profesionales de farmacia y sanitarios, como médicos de AP. "Aportaría al paciente: seguridad y efectividad", ha resumido Otón Bellver Monzó, doctor en Farmacia, farmacéutico comunitario en Valencia y vocal de SEFAC Comunitat Valenciana.
Durante su intervención en la mesa redonda moderada por Eduardo Satué de Velasco, farmacéutico comunitario en Maella (Zaragoza) y vicepresidente 2º de SEFAC, se remontó a los aspectos normativos que siguen en vigor al respecto y cómo las CCAA han atendido, en mayor o menor medida, a las peticiones del colectivo.
En su opinión, los distintos sistemas sanitarios autonómicos "han tomado un camino intermedio" con la creación de aplicaciones a disposición de los pacientes para que puedan ver ciertos datos relacionados con su salud, pero no la completa totalidad de la historia clínica.
Pudo haber un paradigma en todo este tiempo: el proyecto que impulsó la Generalitat Valenciana desde la Dirección General de Farmacia, para hacer una historia clínica básica "que recogiera datos del Sistema Nacional de Salud (SNS) y de la sanidad privada". Pero al poco de comenzar, en 2017, el proyecto se paró sin motivos. A día de hoy, este sigue congelado.
Entretanto, ha valorado la HC como "necesaria" en farmacia. Esta debería ser "resumida, digital e integrada" en una plataforma informática. Todo ello, ha expresado, supondría "un cambio de paradigma" en el trabajo del farmacéutico comunitario. Incluso ha profundizado más en cómo debería ser dicha historia clínica, cuyos datos mínimos abarcarían los administrativos; fisiológicos; clínicos; farmacoterapéuticos; los de intervención y seguimiento y los resultados clínicos, humanísticos y económicos.
Por último, ha puesto como ejemplo herramientas ya en marcha, como la desarrollada por SEFAC, e_XPERT. "¿Es la plataforma idónea para trabajar en una HC?", ha preguntado de forma retórica.
Dispensación excepcional
En la actualidad, solo es el médico de AP el que puede dispensar de forma excepcional. "Pero no es así en el Reino Unido. Allí, el farmacéutico tiene acceso a una base de datos de medicamentos donde puede acceder a medicamentos", ha contrapuesto Alicia Martínez Menéndez, farmacéutica comunitaria en El Franco (Asturias) y vocal de SEFAC Asturias.
La profesional se ha encargado de hacer una comparativa entre España y el resto de los países europeos al respecto. Sin ir más lejos, en 2018 Gales aprobó que, en un plazo que va hasta 2030, cada farmacia deberá contar con un farmacéutico prescriptor.
Teniendo en cuenta que el farmacéutico "está sobradamente facultado para prescribir medicación", en opinión de Martínez, el panorama en España respecto al acceso a medicamentos de pacientes durante los meses de confinamiento por la pandemia hubiera sido bien distinto.
En un número nada pequeño, la dispensación excepcional hubiera solucionado cuestiones nimias en el suministro de medicación a pacientes como la inadecuación de la receta física, por múltiples motivos. Por tanto, este procedimiento se dedicaría a resolver problemas de un paciente "con factores de riesgo".
Martínez fue una de las investigadoras que impulsó un estudio sobre dispensación excepcional en Asturias y Aragón. Este arrojó detalles como que las dispensaciones de registradas en un periodo de tiempo de una semana aglutinaron hasta 2.900 incidencias. La mayoría motivadas por la caducidad de la receta seguida de la inadecuación de esta. "Esto supone una causa de riesgo de interrupción parcial o total de los pacientes", ha avisado.
Por último, ha confiado en que la "receta electrónica" solucione cuestiones como la de la inadecuación. "Bajo mi punto de vista, los farmacéuticos comunitarios tienen la aptitud y el medio favorables para descongestionar a una saturada AP", ha concluido.