Los farmacéuticos tienen la oportunidad de estar a la vanguardia del sector salud si adoptan una actitud abierta y cooperativa con el resto de profesionales sanitarios (en especial, los médicos de Atención Primaria), llevan a buen puerto la digitalización y siguen reforzando su valor diferencial: los servicios farmacéuticos asistenciales. Una mesa ...
Los farmacéuticos tienen la oportunidad de estar a la vanguardia del sector salud si adoptan una actitud abierta y cooperativa con el resto de profesionales sanitarios (en especial, los médicos de Atención Primaria), llevan a buen puerto la digitalización y siguen reforzando su valor diferencial: los servicios farmacéuticos asistenciales.
Una mesa redonda que ha contado con la colaboración del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF) ha analizado desde diferentes perspectivas tanto las fortalezas como las debilidades que tienen ante sí los farmacéuticos. Esta se ha celebrado este viernes durante el X Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios y III Reunión Internacional de Farmacéuticos Comunitarios, organizado por la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC).
`La farmacia comunitaria española ante el espejo: análisis DAFO-CAME´ ha reunido los análisis económicos, técnicos y profesionales en un coloquio moderado por Marta Riesgo, directora de EL GLOBAL.
Las fortalezas del farmacéutico se demuestran, para Raquel Varas Doval, Especialista en Farmacia Comunitaria y responsable del Área Servicios Asistenciales en la Dirección de Innovación y Formación del Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF), en los "servicios farmacéuticos asistenciales y la accesibilidad del medicamento a la ciudadanía".
Varas también ha resaltado la interconexión entre la red de más de 22.000 farmacias españolas. "Somos una red de sanitarios" la mayoría de los cuales (lo ha cifrado en hasta el 80%) tienen "un alto nivel de formación" gracias al aprendizaje continuo de "situaciones concretas" como la pandemia evidenció.
Bajo su punto de vista, el sistema funciona aun siendo "mejorable" y entre los aspectos a mejorar ha señalado "las divergencias" que exigen mayor coordinación. En eso ayudará la digitalización, que para Vargas es un camino para "conseguir esa farmacia asistencial y tecnológica" que demanda la sociedad, como por ejemplo una dispensación más eficaz.
Este fue un tema sobre el que se ha insistido varias veces durante la mesa redonda. Silvia López Alaiz, farmacéutica comunitaria en Avilés (Asturias) y vocal de la Junta Directiva de SEFAC, se ha referido en concreto a la "teleatención farmacéutica" como el futuro. Pero para poder materializarlo primero hacen falta herramientas digitales y "adaptar los servicios profesionales de manera presencial a lo digital, de manera consensuada".
La información sobre el paciente que se recoge en una farmacia es abundante. Por esta razón, ha apostado por crear un "Big Data y registrar todo" lo que hace el profesional de farmacia. Pero no es el único aspecto por mejorar: también ha instado a lanzar una especialidad "en farmacia clínica y comunitaria" para no quedarse atrás respecto a otras ramas de la salud, como la medicina, que cuentan desde hace años con esas formaciones específicas. "Hay que crear conocimiento especializado", ha resumido.
"La mayor amenaza es la confianza en nosotros mismos"
El farmacéutico comunitario en Alicante y consejero de COFARES, Eduardo Trives Lombardero, ha advertido a sus compañeros sobre el peligro de relajarse: "la mayor amenaza para mí es la confianza en nosotros mismos. La del farmacéutico dentro del rol sanitario".
Para Trives la clave es potenciar el seguimiento del paciente crónico, pero siempre sin caer en paternalismos. "El paciente es del paciente, no es de nadie", ha avisado. La gran ventaja de la farmacia es que tiene la "suerte" de recibir a un paciente crónico "como mínimo dos veces al mes. Aprovechémoslo".
Ha completado la mesa redonda Ángel Sanz Granda, farmacéutico, consultor farmacéutico y evaluador de tecnologías sanitarias, quien ha apuntado a la aptitud. "Salimos de la facultad con una formación insuficiente para abordar lo que la sociedad necesita de nosotros. La farmacia tiene un solo cometido: mejorar los problemas de salud de la población a la que asiste", ha argumentado.
El también consultor ha abordado los puntos débiles de la profesión, y ha sacado a relucir el preocupante concepto de "farmacia isla". Es decir, aislada y cuya única solución que ve Sanz está en que las farmacias "se unan entre ellas" pero, ha precisado, "no en redes virtuales para compras, sino para generar conocimiento, para formarse". Y no solo entre ellas, sino a todos los niveles que rodean al entorno del farmacéutico: administración, profesionales sanitarios y sociedad.
De ahí que haya razonado que la única solución a esta farmacia isla es convertirla en "farmacia archipiélago". Si se quiere conseguir este escenario, hace falta motivación y formación en común, a lo que Sanz ve un "grave problema de actitud".
"Si no hay cambio de actitud es difícil que se pueda llegar a hacer algo. Necesita querer, formarse, responsabilizarse de los problemas de salud relacionados con los pacientes", ha advertido.
Qué mejor manera de hacerlo, ha finalizado, apostando por ese valor añadido del sector: "o hacemos servicios diferenciados que nadie pueda hacer, o entonces estaremos en competencia con supermercados". El aviso no es en vano: hasta mayo de 2021, las farmacias comunitarias han perdido alrededor del 14% de ingresos totales por no poder dispensar medicamentos hospitalarios.