La pandemia ha puesto en evidencia la necesidad de la atención domiciliaria compartida por profesionales de farmacia, medicina y enfermería

El objetivo de la atención farmacéutica domiciliaria es mejorar el estado de salud de los pacientes que tienen dificultades para desplazarse a las farmacias, garantizándose con este tipo de asistencia la continuidad terapéutica. Tras la situación vivida por la pandemia, se ha puesto, precisamente, en evidencia la necesidad de la atención domiciliaria compartida por profesionales de la farmacia, medicina y enfermería, además de los correspondientes servicios sociales.

En este contexto se ha celebrado una mesa redonda en el marco del X Congreso de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC), que se celebra estos días en Madrid, para ahondar sobre el papel del farmacéutico en la atención domiciliaria y en la que se ha subrayado la necesidad de compartir dicha asistencia con el resto de agentes sanitarios, además de servicios sociales.

La coordinadora del Grupo de Trabajo de Cronicidad y Adherencia terapéutica de SEFAC, María Dolores Murillo Fernández, farmacéutica comunitaria en Sevilla y vocal de la Junta Directiva de SEFAC, actuó de moderadora de esta mesa, lamentando, precisamente, la ausencia de la representante de Enfermería que, finalmente, declinó la invitación a asistir en esta mesa redonda, según expus a los asistentes.

Murillo introdujo el tema refiriéndose al grave problema que soporta la dependencia en España. No en vano, según datos manejados por la representante de SEFAC, cerca de 235.000 españoles en estas circunstancias están a la espera de poder recibir una prestación por dependencia. "La difícil situación que atraviesan muchas de ellas repercute en su salud y calidad de vida, y, en equipo, los profesionales que formamos parte de la atención primaria debemos ofrecerles la mejor atención posible". Aludió a un documento presentado por SEFAC en el Congreso de Alicante de 2016 sobre atención domiciliaria, en el que se destaca su importancia.

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En representación de los médicos, participó el Dr. Francisco José Saez Martínez. responsable del Grupo de Trabajo de Cronicidad de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) quien valoró positivamente el papel del farmacéutico comunitario en este tipo de atención a pacientes, sobre todo crónicos, que, como indicó, "precisan ayuda sanitaria en sus domicilios, debido a las dificultades que presentan a la hora de desplazarse, pero necesitan mantener una continuidad en su tratamiento". "El domicilio es clave en Atención Primaria".

En otro momento de su intervención, aludió al beneficio de que"el médico de AP pueda interactuar con el farmacéutico comunitario. Es bueno tener esta comunicación y que se pueda compartir información, incluso, la de la propia historia clínica", afirmó el Dr. Saez Martínez.

El farmacéutico tiene mucho que aportar

Lucrecia Gutiérrez Muñoz, farmacéutica comunitaria en El Boalo (Madrid), explicó su experiencia piloto con la puesta en marcha de un servicio de atención domiciliaria entre 2015 y 2018 para pacientes que la requerían, en colaboración con servicios sociales.

"El domicilio es un entorno muy adecuado para detectar las necesidades de este tipo de pacientes dependientes, teniendo en cuenta que cada vez hay más personas con un alto nivel de dependencia. Dejan de acudir a la farmacia y solicitan, muchas veces, ayuda", según expresó.

La farmacéutica Gutiérrez Muñoz hizo hincapié en la importancia que adquiere este tipo de asistencia en determinados casos como con aquellas personas que requieren cuidados paliativos.

No obstante, en otro momento de su intervención lamentó que al farmacéutico comunitario "esté infravalorado y no se le considera un profesional sanitario integrado, pese a que la pandemia lo ha puesto de manifiesto", sin embargo, como defendió, "tenemos mucho que aportar".

Guías de atención conjuntas

Otra de las ponentes, la trabajadora social Ana Cava Ros, de la Consejería de Sanidad Universal y Salud Pública de la Comunidad Valenciana, puso el acento en la necesidad de disponer de guías de prácticas clínicas conjuntas que puedan ser manejadas por los profesionales sanitarios que se ocupan de la atención domiciliaria y poder trabajar de manera conjunta. Y es que, como señaló, "dependiendo de la Comunidad en la que se viva se dispondrá de un tipo de asistencia distinta", al tiempo que se mostró de acuerdo con lo expuesto por sus compañeros de mesa sobre la necesidad de colaborar todos juntos e, incluso, "contar con otros ámbitos como pueden ser educación y justicia en este proceso de atención". En el caso de los farmacéuticos comunitario recordó la colaboración que pueden prestar a servicios sociales identificando factores de riesgo como cambios de comportamiento o señales de una merma de salud mental, de vulnerabilidad y riesgo social, entre otros.

Asimismo, incidió que este tipo de atención no se ciñe exclusivamente al domicilio, ya que "otro tipo de personas en centros de día o residenciales, también se puede participar en aspectos relacionados con la prevención y promoci de la salud".