Combate diario a las infecciones virales: así funciona la Plataforma de screening del CNB

Uno de los investigadores que lidera este proyecto del organismo vinculado al CSIC destaca la “estrecha relación” entre ellos y la industria farmacéutica y señala el enfoque ‘One Health’ como camino a seguir en la lucha contra las infecciones virales.

23/03/2022

Desde las instalaciones del Centro Nacional de Biotecnología (CNB) se lleva a cabo una batalla diaria para adelantarse a posibles peligros para la salud pública, como lo fue hace dos años la pandemia generada por el virus SARS-CoV-2. Uno de sus científicos al frente es Urtzi Garaigorta, investigador del Departamento ...

Desde las instalaciones del Centro Nacional de Biotecnología (CNB) se lleva a cabo una batalla diaria para adelantarse a posibles peligros para la salud pública, como lo fue hace dos años la pandemia generada por el virus SARS-CoV-2. Uno de sus científicos al frente es Urtzi Garaigorta, investigador del Departamento de Biología Celular y Molecular del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), quien ha acudido hasta la feria Infarma 2022, que se celebra en IFEMA Madrid, para mostrar los entresijos del proyecto de monitoreo de enfermedades virales que se impulsa desde marzo de 2020.

´Plataforma de screening de moléculas antivirales frente a SARS-CoV-2 y otros virus´ ha sido el nombre bajo el que se ha bautizado esta ponencia en la que se han relatado los orígenes, las técnicas que se utilizan actualmente y el proceso de desarrollo de antivirales, entre otras cuestiones.

Garaigorta ha intentado esbozar el horizonte hacia el que se dirige la investigación en este ámbito. El Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ya trabaja en las posibles nuevas enfermedades virales potencialmente pandémicas.

Y para ello ha impulsado el CSIC Antiviral Screening Platform, a través de la cual el investigador ha resaltado la "estrecha" relación entre el organismo y la industria farmacéutica. Aquí se va más allá del coronavirus-2 y "estar preparados para lo que viene". Este equipo lo componen alrededor de 300 investigadores divididos en unos 23 grupos de investigación, coordinados por Garaigorta junto con Noureddine Kihar (IIQ-CSIC) y cuya gestora es Carmen Mora.

De ahí que, durante su intervención, haya subrayado la importancia del enfoque `One Health´ (Una Salud, como lo define la Organización Mundial de la Salud), porque "muchísimas enfermedades infecciosas" llegan a través del contacto por animales. Ha puesto como ejemplo el virus del Nilo, cuyo vector de transmisión son unos mosquitos que no existían en España hace diez años. "Hoy el virus y el mosquito son endémicos. Y es evidente que van a ser un problema si no aprendemos a atajarlo", ha avisado.

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Estrategias para el desarrollo de antivirales

El investigador del CNB ha recordado la importancia que tiene el éxito de desarrollar un antiviral efectivo. Y lo ha hecho con cifras: la tasa de éxito media en un fármaco está entre un 0,01% y un 0,1% con una inversión media que ronda los 1.000 millones de euros por desarrollo, la mayor parte destinada a las fases clínicas.

Por último, el plazo medio para elaborar un antiviral tiene un periodo de entre 12 a 15 años. De ahí que la culminación de las vacunas frente al SARS-CoV-2 hayan supuesto un hito en la historia de la farmacología.

Esa reducción drástica de tiempos también se debió a la implementación de nuevas estrategias, como por ejemplo acortar el tiempo de las fases clínicas solapándolas. Por el contrario, presenta un mayor riesgo en la inversión económica.

No es la única estrategia: el reposicionamiento farmacológico, es decir, la utilización de un principio activo ya testado que se aplica en otros tratamientos se ha demostrado como una vía que acorta tiempo y, en este caso, también costes. Aunque también ha resultado en mayores dudas en la probabilidad de éxito debido a su debilidad.

Para el desarrollo de antivirales, ha sintetizado Garaigorta, son necesarias dos cosas: ensayos biológicos para testar (en su caso, en colaboración con el INIA para las pruebas frente al SARS-CoV-2, por ejemplo) y ensayar los compuestos gracias a las conocidas como "quimiotecas" que los contienen.

Con todo ese contexto, el 6 de marzo de 2022 nace la Plataforma de Cribado de Moléculas Antivirales del CNB, con el propio Garaigorta y Pablo Gastaminza a la cabeza.

"Decidimos usar screenings basados en fenotipos como buen sistema para testar antivirales. Lo que hacemos a diario es infectar células humanas y añadir virus, y dejar que el virus se multiplique y acabe invadiendo todas las monocapas de la célula. En el caso del coronavirus-2, acaba matando a las células. Al añadir un antiviral, las células ya no mueren", ha desarrollado, echando mano de su experiencia frente a patologías como la hepatitis B y, en el caso de Gastaminza, la tipo C.

El científico ha evidenciado cómo el grado de protección celular es un indicador indirecto de la actividad antiviral. Cuantas menos células mueran, más se demostrará la efectividad de un medicamento. Hay varias maneras de averiguarlo: entre ellas, las técnicas de inmunofluorescencia o las de imnunomicroscopía automatizada.

No abusar de los antivirales, clave

Es otro de los puntos en los que ha enfatizado Garagoirtia. Si los antivirales tienen una vertiente clínica, en el ámbito profiláctico son útiles en caso de sospecha de exposición accidental. Pero, ha alertado, "no es recomendable utilizar antiviral en población general, porque el virus muta y genera resistencias a estos".

De ahí nació uno de los problemas que más preocupa a la salud global en la actualidad: la resistencia a los antimicrobianos. "En los antivirales es muy importante no darlos como profilaxis general", ha insistido.

En base a esta defensa, ha ofrecido consejos sobre cuándo se deberían utilizar estos antivirales. O bien, en el caso de infecciones persistentes o crónicas (herpesvirus /hepatitis B, C o SIDA) o infecciones agudas graves (ébola, gripe, SARS-CoV-2).

Por último, se ha detenido en otros modelos sustitutivos a las técnicas convencionales de desarrollo de antivirales: los retrovirales. Su funcionamiento radica en obtener una proteína del virus para acceder a su material genético y probar fármacos de reposicionamiento "que inhiben algunas entradas de los virus".

Es solo uno de los ejemplos del uso de retrovirales, ya que estos también se pueden modificar para que inhiban las replicaciones del virus, de tal manera que permite averiguar si un antiviral reduce la capacidad de replicación del virus. "Todo ello sin utilizar el virus", ha finalizado.

Autor: IM Farmacias
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