La tarea asistencial del farmacéutico comunitario y su avance profesional como parte esencial e integral de los sistemas sanitarios son incuestionables desde hace tiempo. Los beneficios para los pacientes de los servicios asistenciales en torno al medicamento y en materia de Salud pública son numerosos. El seguimiento farmacoterapéutico, la ...
La tarea asistencial del farmacéutico comunitario y su avance profesional como parte esencial e integral de los sistemas sanitarios son incuestionables desde hace tiempo. Los beneficios para los pacientes de los servicios asistenciales en torno al medicamento y en materia de Salud pública son numerosos.
El seguimiento farmacoterapéutico, la dispensación, la indicación farmacéutica, la revisión del uso de los medicamentos, la adherencia a los tratamientos, la conciliación de medicamentos al alta hospitalaria o la preparación de sistemas personalizados de dosificación son servicios profesionales cada vez más demandados. Según la Declaración de la Profesión Farmacéutica: Farmacia Comunitaria -promovida hace dos años por el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, por la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac) y por la Fundación Pharmaceutical Care-; esta farmacia asistencial es una práctica profesional basada en la evidencia, desarrollada por procedimientos fundados en metodología científica.
Queda patente que la atención farmacéutica es una necesidad en diferentes aspectos como, por ejemplo, el abordaje de la cronicidad y de la adherencia o la asistencia de nuestros mayores. Se ha visto en la crisis provocada por el Covid-19. El reparto de medicamentos a domicilio a personas vulnerables o la dispensación de medicamentos hospitalarias son dos medidas excepcionales que se aprobaron durante el estado de alarma y con las que los farmacéuticos comunitarios ayudaron a la sociedad en los momentos de mayor tensión para el sistema sanitario.
En ese sentido, se han generado soluciones para que pacientes crónicos no suspendieran sus tratamientos. Mediante un protocolo excepcional de Atención Farmacéutica Domiciliaria, los farmacéuticos han facilitado medicamentos en los hogares. En los casos en los que no se podía prestar dicho servicio, se contó con la colaboración de Cruz Roja y Cáritas. Sólo durante el primer mes de confinamiento se beneficiaron más de 850.000 pacientes. Por otro lado, con la dispensación en las farmacias comunitarias de medicamentos de diagnóstico hospitalario en colaboración con los Servicios de Farmacia Hospitalarios, se ha llegado a 10.000 pacientes de grupos de riesgo.
Concluido el estado de alarma, el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos hizo balance el pasado 22 de junio de su actuación durante esta crisis sanitaria, "que ha puesto a prueba la labor sanitaria y asistencial de toda la profesión farmacéutica y la fortaleza de la red de 22.071 farmacias que, desde el minuto cero, se pusieron a disposición de las autoridades". Jesús Aguilar, su presidente, ha asegurado que "los farmacéuticos, en todos sus ámbitos de ejercicio, han sido claves para poder superar y gestionar esta pandemia". La farmacia asistencial será clave en la era post-Covid-19.
"La labor de la farmacia es muy amplia y, actualmente, ha quedado especialmente demostrado", manifiesta Enrique Ordieres, presidente de Cinfa. Apunta que se ha garantizado la correcta y racional dispensación de medicamentos en una situación tan compleja como es el confinamiento de los pacientes. Subraya que "la labor profesional del farmacéutico ha tranquilizado mucho a los pacientes, especialmentea los mayores, que estaban alarmados y angustiados". En su opinión, "ahora, hay que reflexionar y avanzar en el valor que la farmacia puede aportar, no sólo en lo que se refiere a los medicamentos, sino también en la labor informadora de los profesionales, en determinados aspectos de Salud pública, y tantas otras acciones que permitan aprovechar la cercanía a los pacientes".
Jesús Govantes Esteso, presidente de Laboratorios Normon, considera igualmente que la farmacia asistencial desarrolla un importantísimo papel, "ya que ayuda a minimizar el impacto que supone el desabastecimiento sustituyendo el medicamento, cuando es posible, e informando y atendiendo a los pacientes en todo momento ya que, en estos casos, el consejo profesional es fundamental". No hay que olvidar que el desabastecimiento de medicamentos supone un importante perjuicio tanto para los pacientes como para los profesionales sanitarios y que, en muchas ocasiones, puede tener como consecuencia el abandono del tratamiento o la falta de adherencia al mismo.
Por su parte, Antoni Torres, presidente de la Federación de Asociaciones de Farmacias de Cataluña (Fefac), aborda los servicios farmacéuticos asistenciales que son más necesarios en el ámbito social, en el ámbito profesional y en el ámbito estratégico para el sistema sanitario. "En el ámbito social, todos aquellos que permitan detectar fragilidad en la persona", dice. Sostiene que estamos entrando en un momento en que el concepto fragilidad de la persona es muy relevante. Explica que fragilidad es aquella persona que aún es capaz de vivir independientemente, autónomamente, pero que necesita ciertas ayudas. Y se prevé que España sea el país más longevo del mundo en el año 2050.
A su juicio, el sistema económico, no de España, sino del mundo, no tiene capacidad, con el aumento de la esperanza de vida, de asumir que todo el mundo vaya a estar institucionalizado. Desde el punto de vista social, la farmacia es "el punto ideal", porque es "próximo" y "de confianza". En el ámbito profesional, menciona todos aquellos servicios en los que el valor del medicamento, o de lo que está relacionado con éste, sea relevante. "No se trata de ser enfermeras o médicos baratos para el sistema, sino de ser farmacéuticos y actuar sobre el medicamento", matiza.
Aquí estarían los programas de primeras dispensaciones y de poder acceder a la historia farmacológica, al menos parcial, para comprobar si hay alguna interacción. Del mismo modo, comprobar parámetros como la tensión arterial, el azúcar o el colesterol, entre otros. Hay que articular el cómo se introducen todos estos datos en el soporte informático, para que sean útiles para todos. Menciona asimismo los cribajes, como es el del cáncer de colon, que se pueden hacer desde la farmacia.
Todo lo que sea quitarle carga a los médicos y a las enfermeras para que éstos hagan mejor su trabajo, quitando tensión al sistema sanitario, estaría dentro del ámbito estratégico. "Les quitas toda una carga, llámale burocrática, llámale de síntomas menores, que te puede solucionar la farmacia, en un entorno en el que estamos escasos de profesionales de todo tipo, y pones a los profesionales en lo fundamental", alega Torres.
Asevera que, cuando se pone orden en las cosas, se es más eficiente. Por el contrario, "cuando todo el mundo intenta hacer de todo y ganar su playa, tenemos un problema". Hay que mirar al futuro, potenciar el rol del farmacéutico como agente sanitario. Laboratorios farmacéuticos como Sandoz están trabajando en cómo mejorar la forma en la que la farmacia asiste a sus pacientes de forma remota. Ignacio Ortín, su director comercial, precisa que además desarrollan campañas que fomentan la prevención y que contribuyen a que el farmacéutico conecte con sus pacientes. Comenta que "existen necesidades que no están completamente cubiertas, como la gestión del paciente crónico, cada vez más relevante, o la prevención de patologías, que muchas veces depende de estar cerca del paciente y ayudarle a que cambie hacia hábitos de vida más saludables". Como compañía, quieren estar siempre cerca de los pacientes; "y eso implica estar cerca de la farmacia comunitaria, hospitalaria y de los especialistas".
Rafael Borràs, director de Comunicación y Relaciones Institucionales del Grupo TEVA, se refiere a la conveniencia de colaboración entre los colegios profesionales, las sociedades científicas y los laboratorios farmacéuticos para "aumentar el conocimiento y la visibilidad del farmacéutico como agente de salud y, sobre todo, en el desarrollo de la Cartera de Servicios". Hace hincapié en que la farmacia es una de las principales puertas de acceso al sistema sanitario y en que la farmacia asistencial puede ayudar a que no haya desabastecimiento, sobre todo en la relación con la industria, y a fomentar el buen uso del medicamento y la adherencia en los pacientes. Los problemas relacionados con los medicamentos no sólo vienen de la adherencia. Del mismo modo; es necesario un buen control de los efectos secundarios, el control de las interacciones y que se haga un buen uso racional del medicamento.
Hoy por hoy, el corazón de la farmacia es la farmacia asistencial. La atención farmacéutica ha llegado para quedarse.
Para leer el artículo completo descarga el PDF adjunto