"La pandemia nos ha enseñado que no hay economía si no hay salud, y no hay salud sin investigación"

Farmaindustria trabaja para mantener el protagonismo de España, primer país de Europa en ensayos clínicos contra el coronavirus, en la búsqueda de una vacuna eficaz contra el SARS-CoV-2.

01/09/2020

Dos han sido los grandes desafíos de la industria farmacéutica desde el inicio de la pandemia de Covid-19: movili­zar con urgencia todos los recursos posibles para hallar cuanto antes un tratamiento o vacuna eficaz y asegurar que no se produjeran problemas de suministro de medicamentos. "Lo cierto es que no ...

Dos han sido los grandes desafíos de la industria farmacéutica desde el inicio de la pandemia de Covid-19: movili­zar con urgencia todos los recursos posibles para hallar cuanto antes un tratamiento o vacuna eficaz y asegurar que no se produjeran problemas de suministro de medicamentos. "Lo cierto es que no ha habido problemas de abastecimiento, pese a la situación complicada que ha generado la pandemia y, respecto a la investigación, hemos avanzado mucho, en el ámbito global y con gran protagonismo de Es­paña: somos el primer país de Europa en ensayos clínicos contra el coronavirus", asegura el subdi­rector general de Farmaindustria, Javier Urzay.

En este sentido, explica que se ha trabajado de manera intensa en otra esfera también fundamental para los pacientes: "Los ensayos clínicos en marcha con medicamentos para otras patologías, afectados por el colapso de los hospitales y el riesgo para los pacientes". Urzay indica que se está regresando ya a la normalidad con el apoyo de la Agencia Española de Medicamentos y la implicación de investigadores y hospitales y des­taca, además, que las compañías que integran Farmaindustria se han movilizado también en las ayudas sobre el terreno al sistema sanitario y a organizaciones sociales, por la vía de donaciones y ayudas directas e incluso a través del voluntariado de profesionales de la industria.

"Hemos demostrado nuestro compromiso con la sociedad en un momento de gran necesidad y nuestra capacidad para, de la mano de la cooperación con la Administración y otros agentes, responder con rapidez", considera, sin pasar por alto que el suministro de medicamentos ha sido un gran desafío: "Hay que tener en cuenta que en España hay 25 millones de personas que toman al menos un medicamento cada día. La situación de emergencia creada por la crisis, con dificultades dentro y fuera de nuestras fronteras, con riesgos de acopio de medicamentos y con repentinos cam­bios de demanda, no lo ha puesto fácil, pero creo que hemos respondido".

Deslocalización

Para dar esa respuesta, se han aplicado planes de contingencia "que han logrado que las más de 80 plantas de producción de medicamentos de uso humano de nuestro país y sus miles de trabajadores no hayan dejado de funcionar", indica Urzay. Muchas de ellas, añade, incluso han ampliado turnos para duplicar o triplicar la producción de ciertos fármacos críticos en la lucha contra la Covid-19. Asimismo, se ha trabajado con la Agencia de Medicamentos, distribuidores y farmacéuticos para "compartir infor­mación y anticipar los problemas que pudieran producirse".

Esta situación de tensión en la cadena de suministro de medicamentos ha puesto de manifiesto, explica Urzay, "la dependencia de España y Europa de mercados, sobre todo asiáticos, donde en los últimos años se ha ido deslocalizando la producción de principios activos y medicamentos, fundamentalmente por la erosión continuada de los precios". De ahí que se haya tomado conciencia de que "una dependencia tan grande en un ámbito tan delicado como el del medicamento no es recomendable".

El subdirector general de Farmaindustria, por ello, señala que "recuperar producción de medicamentos esenciales es una prioridad, como ha trasla­dado el ministro de Sanidad, Salvador Illa, en alguna de sus comparecencias de estas últimas semanas, y una oportunidad, tanto desde el punto de vista sanitario, para tener mayor garantía de suministro, como desde el econó­mico y social, puesto que puede reforzar nuestro tejido industrial, generar empleo e impulsar la exportación".

Sanidad pública

Son varias las lecciones que está dejando esta crisis sanitaria sin prece­dentes y, como primera, Urzay apunta a la necesidad de tener un buen sistema sanitario público, "bien dotado y adecuadamente financiado". Recuerda, además, que antes de la crisis "ya debatíamos sobre si dedicar un 6% del PIB a nuestro sistema sanitario público era suficiente o no y ahora más voces autorizadas piensan que deberíamos dedicar a nuestra sanidad pública, como mínimo, un 7%". Este objetivo, indica, "afortunadamente apareció en el programa electoral de varios partidos políticos; ahora es momento de hacerlo realidad".

Asimismo, asegura que también se ha visto lo importante que es "invertir adecuadamente en I+D, en innovación, y cómo la colaboración público-privada nos ayuda a ser más rápidos y eficientes para encontrar soluciones". En este sentido, considera que "no debemos olvidar que casi la mitad de la inversión que hacen las compañías farmacéuticas en I+D es en contratos con terceros, por lo que somos el mayor dinamizador de la investigación pública".

Por ello, asegura no tener duda de la importancia de contar con sectores industriales estratégicos, como es el de la innovación en medicamentos, "que no sólo pueden aguantar mejor el embate de una crisis tan dura, sino que realmente están en condiciones de aportar soluciones para salir de ella al conjunto de la sociedad". En su opinión, además, "hemos visualizado con mayor claridad que el dinero que dedicamos a sanidad y a medicamentos no es un gasto, sino una inversión que es rentable por su impacto positivo sobre lo sanitario, lo social y lo económico: la pandemia nos ha enseñado que no hay economía si no hay salud, y no hay salud sin investigación".

Propuestas

Desde Farmaindustria se han planteado una serie de propuestas para la reactivación de la economía española ante esta crisis sanitaria. "Entendemos que configuramos un sector estratégico para cualquier país moderno, por lo que estamos llamados a ser uno de los pilares de la reactivación económica y la transformación del modelo productivo", explica Urzay, que indica que la industria farmacéutica en España es uno de los sectores más avanzados en la generación de empleo de calidad, con un 94% de empleos indefinidos -frente al 73% de la media nacional-, con dos de cada tres trabajadores titulados universitarios y con casi uno de cada tres nuevos empleos para menores de 29 años.

"Entre empleo directo, indirecto e inducido, este sector ocupa a más de 215.000 personas y, en el caso del empleo directo, más de la mitad son mujeres. Estamos en condiciones de proporcionar empleos de calidad y, en especial, empleo juvenil. Podemos crecer y aportar a nuestro país empleos cualificados, con proyección y vinculados a la innovación", considera Urzay. En línea con el objetivo de recuperar para España producción de medicamentos deslocalizada, en Farmaindustria también se con­sidera que la industria farmacéutica podría asumir un incremento de la inversión industrial, "creando nuevas plantas de producción de medi­camentos en España, modernizando las actuales o ampliando algunas de las 82 existentes".

En tercer lugar, Urzay indica que "las compañías innovadoras podrían atraer más inversiones en investigación básica y clínica (cada año las compañías farmacéuticas dedican 150.000 millones de euros en el mundo a este capítulo) e incrementar la colaboración con instituciones públicas para fortalecer la I+D de nuestro país". Teniendo en cuenta que España ya es una referencia internacional en ensayos clínicos de medicamentos, "partimos de una posición de privilegio para competir con el resto de paí­ses que luchan por hacerse con más inversión, y es el medio para reforzar también la investigación básica y generar el ecosistema de investigación biomédica que necesita nuestro país para recuperar terreno frente a otros países con mayor inversión".

Por último, y relacionado con lo anterior, Urzay señala que el sector farmacéutico también puede contribuir a generar un entorno ade­cuado para afrontar futuras pandemias y otras emergencias sanitarias. "Esta propuesta de valor es realista y se orienta tanto a la reactivación que necesita España de manera inmediata como al cambio de modelo pro­ductivo que debe abordar en los próximos años. Para ello necesitaríamos únicamente una estrategia de país con un marco predecible y bien definido que permita la inversión a medio-largo plazo y una política farmacéutica que entienda al medicamento como inversión, no como gasto", sostiene.

Un informe reciente del Real Instituto Elcano, según recuerda Urzay, señalaba precisamente que España tiene la oportunidad de convertirse en un hub de inversiones en sectores estratégicos como el farmacéu­tico: "Ya hemos trasladado nuestra disposición a trabajar en esta línea tanto al Gobierno como al Parlamento, a través de la Comisión para la Reconstrucción Económica y Social".

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Autor: IM Farmacias