La administración preventiva de melatonina y vitamina D frente al Covid-19 permitiría una "vuelta al cole" más segura según diferentes médicos y científicos. Para ellos, la melatonina y la vitamina D aplicada tanto a los alumnos como a los profesores, añadirá una protección adicional contra la infección con Covid-19. Según dos ...
La administración preventiva de melatonina y vitamina D frente al Covid-19 permitiría una "vuelta al cole" más segura según diferentes médicos y científicos. Para ellos, la melatonina y la vitamina D aplicada tanto a los alumnos como a los profesores, añadirá una protección adicional contra la infección con Covid-19.
Según dos estudios recientes, y aunque no existe ninguna prueba clínica definitiva, fundada en ensayos controlados aleatorios, existen fuertes evidencias circunstanciales en favor del uso preventivo de la melatonina y de la vitamina D en personas expuestas al riesgo de contraer la enfermedad.
El doctor Jan Tesarik y la doctora Raquel Mendoza-Tesarik, directores de la clínica MARGen de Granada, trabajan con la melatonina desde hace años para curar patologías cuyo mecanismo es muy parecido al de la Covid-19. En cuanto a la vitamina D, sus efectos protectores contra infecciones respiratorias en general son bien conocidos. Además, la vitamina D, igual que la melatonina, refuerza la respuesta inmunológica en casos de enfermedades infecciosas.
Cómo actúan la melatonina y la vitamina D
A parte de su efecto anti inflamatorio inespecífico, la melatonina actúa mediante sus receptores específicos en las células diana. En el caso de las células del sistema inmunitario actúa como un inmunomodulador. Por un lado tempera la reacción exagerada y potencialmente devastadora del sistema inmunitario a la presencia de un intruso con el cuál no ha tenido contacto previamente y, por lo tanto, carece de la memoria inmunológica.
Esta reacción "ciega" puede provocar una liberación de sustancias altamente citotóxicas (citocinas) que destruyen no sólo al virus sino también a una gran cantidad de células, tanto las afectadas como las sanas localizadas en su proximidad. Este fenómeno está conocido como una "tormenta de citocinas" y puede llevar a un fallo multiorgánico y la muerte. La melatonina frena esta respuesta ciega y reorienta el sistema inmunitario hacia una respuesta "adaptativa", más fina y selectiva, que también permite un rápido desarrollo de la memoria inmunológica y protección duradera contra una reinfección. No es necesario pasar por una sintomatología grave para desarrollar este tipo de respuesta.
En cuanto a la vitamina D, su acción principal consiste en una activación generalizada del sistema inmunitario frente a diferentes infecciones, y las virales en particular, un efecto conocido desde los años 1930, cuando se empezaba a utilizar el aceite del hígado de bacalao, rico en vitamina D, para prevenir infecciones respiratorias.
La combinación de la melatonina con la vitamina D es muy interesante porque la vitamina D activa el sistema inmunitario en general, mientras que la melatonina orienta esta respuesta hacía un efecto específico y no dañino para las células sanas, además de desarrollar la memoria inmunológica y, consecuentemente una inmunidad durable contra el virus sin pasar por formas graves de la enfermedad, un efecto parecido al de una vacuna.
Tanto la melatonina como la vitamina D carecen de efectos segundarios adversos, al contrario, son beneficiosas para la salud incluso en las personas sanas. La melatonina es eficaz para aliviar una gran variedad de patologías como la infertilidad, diferentes tipos de cáncer (mama, colon, pulmón, próstata), diferentes complicaciones de embarazo o la enfermedad de Alzheimer. La vitamina D, por su parte, es beneficiosa para la salud muscular y ósea.
La dosis recomendada para la melatonina en personas adultas es 5-6 mg al día, por la noche antes de acostarse. En casos de niños hay que reducir la dosis en función de su peso corporal. La dosis adecuada de la vitamina D es 400-1000 IU al día para las personas adultas, a reducir según el peso corporal en el caso de niños. Después de algún tiempo de tratamiento la dosis se debería adaptar según la concentración actual de vitamina D en la sangre.