Los farmacéuticos reconocen haberse sentido "abandonados" durante la crisis del coronavirus

Profesionales de distintas áreas comparten conocimientos y experiencias sobre el covid-19 en unas jornadas digitales en el marco de Infarma, organizadas por los Colegios Oficiales de Farmacéuticos de Madrid y Barcelona

17/06/2020

Pocos días antes de que estallara la crisis sanitaria del coronavirus, el comité organizador de Infarma 2020 se vio obligado a aplazarlo hasta junio. Vista la gravedad de la situación, finalmente comunicaron su decisión de posponerlo hasta marzo de 2021. Sin embargo este año el evento farmacéutico no se va ...

Pocos días antes de que estallara la crisis sanitaria del coronavirus, el comité organizador de Infarma 2020 se vio obligado a aplazarlo hasta junio. Vista la gravedad de la situación, finalmente comunicaron su decisión de posponerlo hasta marzo de 2021. Sin embargo este año el evento farmacéutico no se va a quedar sin actividad. Aprovechando la coyuntura que ha marcado al mundo, profesionales de distintas áreas y sectores ponen en común conocimientos y experiencias sobre la emergencia sanitaria en las Jornadas Digitales Covid-19 Infarma organizadas por los Colegios Oficiales de Farmacéuticos de Madrid y Barcelona. El evento se extiende del miércoles 17 al viernes 19 dividido en tres ejes.

En el primero, que aborda varias líneas de actuación para la farmacia comunitaria, Vicente J. Baixaulí, vicepresidente de SEFAC, detalla cómo ha adaptado la oficina de farmacia durante estos meses. Pese a haber permanecido al pie del cañón, e incluso adoptar el papel de otros profesionales sanitarios Baixaulí afirma que entre los farmacéuticos se ha generado "una gran insatisfacción", por no poder satisfacer la alta demanda de los equipos de protección individual.

En este sentido, el profesional destaca cómo la población ha reconocido la labor de los profesionales sanitarios por esos cambios en el que hacer diario a los que se han adaptado, pero lamenta que "la gestión de la crisis sanitaria nos ha dejado fuera a la Atención Primaria, y por tanto, a la farmacia comunitaria". En su opinión, el cierre de centros de salud ha conllevado la desatención de los pacientes libres de covid, los crónicos y los polimedicados, "un grupo bastante más numeroso". Así, la gestión de la atención farmacéutica "ha evidenciado la falta de coordinación entre las comunidades autónomas (entrega domiciliaria, realización de los test FC, requisitos para la receta electrónica…). Además, seguimos con un problema que tiene solución, pero no se le quiere dar, y es que seguimos sin poder comunicarnos y coordinarnos con el resto de profesionales sanitarios", expone.

El cierre de los centros de AP ha supuesto para ellos una mayor carga de trabajo, ejerciendo de receptores para "satisfacer las necesidades de estas personas, que de alguna manera tenían que ser cubiertas". Además, enumera el farmacéutico, "hemos tenido que solucionar otros problemas derivados de los hospitales saturados, la entrega de medicamentos de dispensación hospitalaria. Por otra parte, toda una serie de servicios acostumbrados a realizarse en la farmacia, han que adaptarse a la nueva realidad, como la entrega de medicamentos en. Gracias a que la farmacia estaba abierta hemos atendido a los pacientes muchas veces de forma telemática".

Es una evidencia, pero todas las necesidades y cambios organizativos y en las instalaciones, comenzaron con pasos tan lógicos como la modificación indumentaria del farmacéutico (gafas, mascarillas…), las precauciones de limpieza y la desinfección. "Esta ha sido la tónica diaria, de la misma manera que hay que reconocer que hemos estado muy preocupados por el miedo al contagio durante a estos meses. Yo me he sentido abandonado como farmacéutico, no se nos ha reconocido nuestro trabajo", cuenta Baixaulí. Aunque si hay algo que ha marcado el cambio en los servicios farmacéuticos durante esta etapa es el objetivo de evitar el contagio. "En pocas palabras, sobrevivir. Y esto nos tiene que hacer pensar, porque puede pasar más veces. Si hay nuevas infecciones o pandemias, ese sobrevivir lo deberíamos tener ya asumido y convertir el objetivo en que los pacientes pasen esa pandemia sin ser desatendidos", señala el profesional.

Eso sí, al hacer balance, considera que "la farmacia ha cumplido su misión de forma ejemplar, a pesar de la falta de previsión ante esta crisis. No estábamos preparados ni teníamos los medios adecuados, pero se ha adaptado a las necesidades de los pacientes y el sistema sanitario. Aunque no nos podemos permitir la falta de coordinación manifiesta en el ámbito farmacéutico entre comunidades". Asimismo, siente que "ha habido una campaña mediática para ofrecer una imagen de la farmacia comunitaria fuera del sistema sanitario y a los farmacéuticos comunitarios como si no fueran profesionales". Para acabar su intervención, Vicente J. Baixaulí expone una de las necesidades más urgentes. "Superada la primera ola de esta crisis, conviene afianzar las medidas que han funcionado con éxito y aprender de lo sucedido ante posibles rebrotes".

Efectos secundarios de los tratamientos

En otro orden de cosas, Manel Rabanal, Jefe de la Sección de Vigilancia y Publicidad de los Medicamentos del Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya, profundiza en alguno de los efectos secundarios de los tratamientos contra el coronavirus que se empiezan a conocer tras el seguimiento del Sistema Español de Farmacovigilancia de Medicamentos de Uso Humano (SEFV-MUH). El experto insiste en que no existe por el momento evidencia procedente de ensayos clínicos controlados que permitan recomendar un tratamiento específico. "Algunos de los tratamientos disponibles son moléculas de nuevo desarrollo y otras son usos nuevos de medicamentos ya autorizados en otras indicaciones. La posología que se está utilizando en pacientes con SARS-CoV-2 es la misma que la recomendada en las indicaciones autorizadas para esos medicamentos".

No obstante, hay tres medicamentos que, combinados con otros fármacos, son los más utilizados y que, por tanto, tienen más papeletas para estar detrás de las reacciones adversas registradas, aunque tampoco hay evidencia de ello. Según datos de farmacovigilancia recopilados del 1 de marzo al 31 de mayo, se han detectado 236 casos de reacciones adversas. Manel Rabanal expone que "el 92% han sido notificados en los centros autonómicos de farmacovigilancia, el 99% comunicados por profesionales sanitarios, un 36% de los casos de sospecha eran pacientes mayores de 65 años, el 74% de los casos corresponden a varones, el 92% de los casos fueron graves y de los 236 casos se han recogido 446 sospechas de reacciones adversas, es decir, entre uno y dos reacciones adversas por cada caso notificado".

En cuanto al papel de los medicamentos en estas anomalías, en el 75,4% de ellas está implicado hidroxicloroquina, aunque "eso no quiere decir que sea la culpable de las reacciones adversas", apostilla. Por otro lado, en el 32,6% de los casos el paciente estaba tratado con Lopinavir/Ritonavir y el 29,2% con Tocilizumab.

La hidroxicloroquina se utiliza para el tratamiento de la malaria, el lupus o la artritits. En el abordaje del coronavirus, se han comunicado 27 casos de arritmias cardiacas, 26 de ellos tratados con este compuesto. "En ocho de los 27 casos el paciente falleció, y en 11 los pacientes presentaban antecedentes cardíacos", señala el profesional.

Otro aspecto relacionado son los casos de reacciones adversas por trastornos psiquiátricos. Se han notificado nueve casos graves, dentro de los que hubo cuatro suicidios consumados, uno de psicosis aguda con intento de suicidio, uno de comportamiento psicótico, una alteración de conducta con agresividad, un intento de suicido con pensamientos intrusivos y un caso de ansiedad con sueños anormales y pesadillas. "Hay que decir que tres de los pacientes se recuperaron tras ser retirado el fármaco de su tratamiento, y que siete no tenían antecedentes psiquiátricos. Se trata de una sospecha, pero se está valorando si la dosis inicial de 800 mg día podría tener algo que ver en estos trastornos psiquiátricos graves", apunta.

Por su parte, Lopinavir/ ritonavir es el principal fármaco sospechoso en 13 casos graves de insuficiencia renal. No obstante, en la mayoría de los casos aparecen combinaciones de más de dos medicamentos. El 57% eran pacientes mayores de 65 años, el 85% eran varones, dos pacientes tenían antecedentes de trastornos renales y las reacciones adversas aparecieron entre 2 y 20 días del inicio del tratamiento. La conclusión extraída sobre esto es que "la insuficiencia renal está descrita en la ficha técnica de los medicamentos que contienen el fármaco, pero no es descartable la propia enfermedad", cuenta el especialista. En cuanto a las reacciones adversas más conocidas de Tocilizumab, se han descrito 17 casos de hipofibrinogenemia. En todos los casos constaba la administración de este principio medicamento, y en ocho casos es el único fármaco sospechoso.

En cualquier caso, al no haber todavía ninguna conclusión determinante en lo que respecta a los tratamientos contra el covid-19, el portavoz de la Generalitat anima a la farmacia comunitaria a potenciar su papel de vigilancia activa en la fármaco vigilancia, notificando cualquier sospecha de reacción adversa y reflejando detalladamente la información del paciente y sus tratamientos. "Esto es fundamental para aportar máxima seguridad a los pacientes", concluye.

Autor: IM Farmacias