Un estudio de la Universidad de Wisconsin (UW) pone de manifiesto el beneficio de un programa de ejercicio físico de 26 semanas sobre el metabolismo cerebral y las funciones cardiorespiratorias en personas sanas con riesgo genético de Alzheimer. Según afirma Ozioma Okonkwoa, investigador del Centro de Investigación del Alzheimer de la ...
Un estudio de la Universidad de Wisconsin (UW) pone de manifiesto el beneficio de un programa de ejercicio físico de 26 semanas sobre el metabolismo cerebral y las funciones cardiorespiratorias en personas sanas con riesgo genético de Alzheimer.
Según afirma Ozioma Okonkwoa, investigador del Centro de Investigación del Alzheimer de la UW y director del estudio, el programa consiste en 3 sesiones semanales de 50 minutos cada una, en las que el paciente marcha con intensidad progresiva sobre cinta ergométrica, alcanzando un nivel de esfuerzo cardíaco de entre el 70 y el 80% a partir de la séptima semana.
Los científicos hallaron una correlación entre el metabolismo cerebral de la glucosa en el córtex cingulado posterior y el pico de consumo de oxígeno, un indicador de la función cardiorespiratoria. Aunque no fueron detectadas mejoras en la memoria episódica, sí las hubo en la función ejecutiva, la cual incluye la capacidad de planear y la flexibilidad mental.
Estas mejoras, prosigue Okonkwoa, también mostraron correlación con el aumento del pico de consumo de oxígeno. El investigador asegura que estos hallazgos suponen un importante paso adelante hacia un ejercicio por prescripción dirigido a proteger el cerebro de la enfermedad de Alzheimer, incluso en personas tradicionalmente sedentarias.