El tema de la asistencia sanitaria colaborativa ha salido a relucir varias veces a lo largo del XI Congreso Nacional de Atención Farmacéutica. Por eso no podía faltar en el programa una mesa dedicada exclusivamente a este tema. Farmacéuticos comunitarios, de atención primaria y médicos de familia han compartido sus ...
El tema de la asistencia sanitaria colaborativa ha salido a relucir varias veces a lo largo del XI Congreso Nacional de Atención Farmacéutica. Por eso no podía faltar en el programa una mesa dedicada exclusivamente a este tema. Farmacéuticos comunitarios, de atención primaria y médicos de familia han compartido sus propias experiencias colaborativas, casos reales tratados durante su práctica asistencial.
Emilio García Jiménez, farmacéutico comunitario en Huécija (Almería), ha aportado su visión del papel correspondiente a los profesionales de este nivel asistencial en la prevención del riesgo cardiovascular en el paciente con diabetes. Para ello pone el ejemplo de Juan, un paciente de 84 que lleva en seguimiento fármaco-terapéutico en su farmacia desde 2014. "El paciente diabético siempre va a tener un riesgo cardiovascular alto o muy alto, y eso es lo primero que hay que tener en cuenta. Pero no podemos abordar solo la diabetes como factor de riesgo, sino otros tanto como sexo, edad, obesidad…", comenta el especialista.
Entre otras medidas relacionadas con la higiene, hábitos alimenticio, etc., para que exista un autocontrol efectivo, "se requiere un programa de educación de diabetes específico y estructurado, un acuerdo consensuado entre el paciente y el equipo de salud, que el glucómetro se revise y que el paciente use un único medidor".
Sin obviar otro punto "efectivo y real": la comunicación entre farmacia y atención primaria. Así lo expone Antonio Manuel Medina Toro, médico de familia en Aspe (Alicante). "En el centro de salud percibimos necesidades que solventar, como una carga burocrática alta por la incidencia de prescripciones "urgentes", la incertidumbre por lo que hace el paciente tras la prescripción (adherencia), las derivaciones a sanitarios no necesarias, y la dificultad para entender la causa de esa derivación".
Pero es que el farmacéutico comunitario tiene los mismos problemas. "El principal transmisor de la información es el paciente, esto origina interferencias comunicativas", apunta Javier Cremades, farmacéutico comunitario en la misma localidad. Buscando soluciones a esta dificultad acabaron participando en el proyecto de comunicación uso del lenguaje MEDAFAR, una web liderada por el Servicio de Farmacia de Atención Primaria. "Con este proyecto se ha conseguido establecer vínculos colaborativos entre farmacéuticos y médicos de familia, así como una comunicación normalizada, una continuidad asistencial fármaco-terapéutica, que el paciente no sea el vehículo de transmisión de información, y disminuir las consultas en los centros de salud con el consiguiente aumento de la eficiencia del sistema sanitario. En año y medio con se han ahorrado más de 185.000 euros", comenta Medina.
A continuación, Mercedes Villacorta, farmacéutica comunitaria en Vitoria, ha compartido sus impresiones sobre el programa pionero de seguimiento fármaco-terapéutico a pacientes con diabetes en el País Vasco, un proyecto utilizado en tres centros de salud y 18 farmacias, unos 126 pacientes. "En mi caso, hemos participado tres farmacéuticas. La captación del paciente la hicimos nosotras, conociendo su tratamiento pero sin tener ni idea de su historia clínica. Hemos captado seis, con edades entre 56 y 86 años", explica. "Donde más intervenciones hicimos fue en la primera fase (deprescipripción de medicamentos por criterios star-stop, deprescripción de medicamentos por prm de duplicidad, modificar dosis de medicamentos y modificar forma farmacéutica)".
El programa está recién terminado, por lo que aún no hay datos exhaustivos, pero en función a lo que ha visto en sus pacientes, la farmacéutica considera probado que "han disminuido los medicamentos prescriptos, los pacientes han aumentado el conocimiento de la medicación con la consiguiente mejora de la adherencia y la calidad de vida".
Otro caso real expuesto es el la farmacéutica de atención primaria y miembro de UGC Farmacia de Atención Primaria de Sevilla, Ingrid Ferrer López, impulsora de un proyecto de investigación sobre las benzodiacepinas. "Somos buscadores de oportunidades de mejora. Este proyecto nación como una misión de fomentar cambios en la práctica profesional mejorando la eficiencia y la calidad de la terapia farmacológica", desarrolla.
Concretamente, llevaron a cabo una intervención formativa multidisciplinar comunitaria llevada a cabo por distintos profesionales sanitarios (enfermeros, farmacéuticos comunitarios y médicos) coordinada por dos farmacéuticas. Los resultados fueron favorables. "Notamos que se disminuyó el uso crónico de este medicamento en uno de cada tres pacientes intervenidos, mejorando la calidad de vida y el conocimiento sobre el tratamiento".