Para nuestra siguiente entrevista nos trasladamos al municipio zaragozano de Jaulín. Allí nos recibe Patricia Molina en la puerta de su farmacia. "A mis 26 años soy ya farmacéutica titular y dirijo un botiquín en otra localidad cercana, Fuendetodos, donde voy dos días a la semana". Y es que Patricia lo ...
Para nuestra siguiente entrevista nos trasladamos al municipio zaragozano de Jaulín. Allí nos recibe Patricia Molina en la puerta de su farmacia. "A mis 26 años soy ya farmacéutica titular y dirijo un botiquín en otra localidad cercana, Fuendetodos, donde voy dos días a la semana".
Y es que Patricia lo tenía muy claro cuando en 2015 terminó la carrera. "Desde el primer momento en la Universidad San Jorge pude empezar a vivir la profesión muy de cerca. Además he podido vivir otras experiencias muy enriquecedoras como mi paso por el Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza al frente del programa conSIGUE ayudando a las farmacias a implantar el servicio de seguimiento farmacoterapéutico para pacientes polimedicados de su zona".
En pequeños municipios como Jaulín o Fuendetodos la botica no sólo representa un lugar donde adquirir medicamentos, sino que es el único sostén sanitario para muchos pacientes. "En esta zona tienen una calidad de vida alta que logran mantener gracias al servicio farmacéutico y a la atención médica". En cuanto a la mayor dificultad del medio rural: la despoblación. "Siempre tienes miedo por lo que puede pasar, pero son mayores las ventajas que los inconvenientes".
Patricia ha vivido un momento de pleno cambio del modelo de farmacia, pero, precisamente por eso es consciente de las enormes posibilidades de su profesión. "Considero que actualmente la sociedad está forzando a la farmacia a definirse. No creo que sea ni bueno ni malo, simplemente es un cambio, y debemos adaptarnos a él" ¿Y esto cómo se hace? "Diferenciándonos, no puedes ofrecer todos los servicios asistenciales que existen ni tener la mayor oferta y variedad de parafarmacia, pero sí puedes identificar tu farmacia con ciertas prestaciones, crear tu propia identidad".
El denominador común es la dispensación de medicamentos. La clave está en el "extra", que para Patricia se trata de dar la información correspondiente a cada medicamento. En suma se trata de caminar hacia una farmacia asistencial que aporte un plus tanto al resto de profesionales sanitarios como al sistema de salud en general. "No nos podemos limitar a dar una medicación que aparece en una prescripción y quedarnos ahí. El farmacéutico como experto en el medicamento debe ir más allá, tiene que detectar y resolver problemas antes de que se produzcan o se agraven".
En cuanto a la fórmula más adecuada para la prestación de servicios, Patricia no cree que "la solución a estos servicios tenga que ser una bonificación por parte del paciente, porque al igual que tenemos una asistencia sanitaria universal y gratuita, esos servicios que forman parte de esa asistencia también deberían de estar incluidos".
Una farmacia que avanza hacia el futuro con profesionales como Patricia que día a día demuestran su labor como pieza clave del sistema sanitario español. "Me gustaría ver cómo la profesión se orienta hacia la farmacia asistencial. Creo que es lo que más nos aporta como profesionales sanitarios y lo mejor que podemos ofrecer a la población".