"Todos tenemos la sensación de que los medicamentos aumentan de precio. Y es verdad. Uno de los errores que cometemos y que tendrá que cambiar para llegar a la sostenibilidad, es dejar de estar en el capítulo de los ahorros. De lo que tenemos que hablar es de ser eficientes". ...
"Todos tenemos la sensación de que los medicamentos aumentan de precio. Y es verdad. Uno de los errores que cometemos y que tendrá que cambiar para llegar a la sostenibilidad, es dejar de estar en el capítulo de los ahorros. De lo que tenemos que hablar es de ser eficientes". Así de claro se ha mostrado Antoni Gilabert, director del Área de Farmacia y del Medicamento del Consorcio de Salud y Social de Cataluña, en la primera parte de su intervención en la Jornada de la Real Academia de Farmacia de Cataluña. La sesión, celebrada este jueves y que tenía por título "Los medicamentos en el SNS de Cataluña: situación actual y perspectivas" ha sido inaugurada por el Dr. Francesc Jané Carrencà, académica numerario emérito de la Sección VI de la Real Academia de Farmacia de Cataluña, quien ha arrojado algunos datos interesantes. Como que, en 2016, el número de recetas en España fue de 900 millones, y más de 136 millones en Cataluña. Esto supone unas 19 recetas por habitante por año. Además, las recetas suponen entre el 20 y el 25% del gasto sanitario. Además, el Dr. Jané también ha recordado que vivimos en una "sociedad muy medicalizada, con una elevada frecuencia de visitas al año -8 por persona-, una media muy superior a la europea".
En la primera parte del análisis sobre la situación actual, Antoni Gilabert ha hecho un breve resumen de la evolución de los costes del medicamento entre el 2000 y 2016: el gasto en recetas tuvo un pico en 2010-2011, pero luego bajó en picado hasta 2015, que volvió a subir. "Actualmente, pero, tenemos un gasto similar al de 2007. Estamos en una contención. La preocupación de los costes de los medicamentos es evidente, pero tenemos que ser capaces de explicar que estos costes tienen una rentabilidad", ha señalado Gilabert.
Otros factores importantes en el análisis son la variabilidad –para Gilabert "todavía hay margen en el gasto por receta" –; la alta exposición al medicamento –un 70% de la población ha recibido una o más prescripciones en un año y el 61% de la población mayor de 15 años ha consumido algún medicamento durante los últimos dos días–; y hay un riesgo asociado a los medicamentos.
Llegados a este punto, Gilabert ha querido destacar que "lo realmente importante son los resultados en salud. Todo esto no lo hacemos para gastar, sino para conseguir unos resultados en salud, que tenemos que ver cómo los ponemos en valor". Según Gilabert, garantizar resultados en salud tiene que ser el objetivo del financiador, seguido de fomentar un uso seguro, eficaz y eficiente de los medicamentos; adecuar el uso de los medicamentos a las condiciones autorizadas/recomendadas; asegurar que el consumo se haga de acuerdo a la prevalencia/incidencia real del entorno; y, por último, cumplir con el presupuesto.
¿Y las claves?
Para ello, no queda más remedio que "buscar la manera de implicarnos todos, y mejorar los resultados en salud en un entorno financieramente sostenible". "Es evidente que el futuro nos depara unas políticas más elaboradas que sólo ahorrar". Pero antes tenemos que hacer un cambio de visión –pasar de decir gasto y decir inversión, y ser capaces de explicar los resultados en salud que tenemos–; innovar en políticas de acceso a la innovación y a la financiación de la prestación farmacéutica –hay que superar tópicos, flexibilizar posiciones, contar con una visión estratégica y una metodología–; saber gestionar la incertidumbre desde un modelo colaborativo, "buscando un modelo de corresponsabilidad".
Finalmente, Antoni Gilabert ha intentado responder a la pregunta de ¿cómo abordar el futuro del acceso a los medicamentos? Ha enumerado las siguientes "recetas":