¿Cómo ha evolucionado el papel del farmacéutico? ¿Hacia dónde se dirige la farmacia como espacio de salud? A pie de calle, en contacto directo con los profesionales del sector, buscamos respuestas a éstas y otras preguntas clave.
Desde siempre, Aina Surroca ha sentido una gran curiosidad por la rama de las ciencias experimentales, y en la vocación farmacéutica ha encontrado su verdadera profesión. Esta experimentada farmacéutica atiende a diario a numerosos ciudadanos que deambulan por el barrio de les Corts de Barcelona. “Llevo 10 años ejerciendo como ...
Desde siempre, Aina Surroca ha sentido una gran curiosidad por la rama de las ciencias experimentales, y en la vocación farmacéutica ha encontrado su verdadera profesión. Esta experimentada farmacéutica atiende a diario a numerosos ciudadanos que deambulan por el barrio de les Corts de Barcelona. “Llevo 10 años ejerciendo como farmacéutica comunitaria, anteriormente había estado trabajando en el área del marketing farmacéutico dentro de diferentes laboratorios. Lo que más me satisface de la farmacia es el contacto directo con el paciente. A nosotros acuden clientes de todo tipo desde pensionistas y jóvenes, hasta trabajadores y turistas”.
Una de las características de la oficina de farmacia ha sido su capacidad para adaptarse a las nuevas situaciones. Precisamente éste aspecto es un punto fuerte del modelo actual. “Disponemos de una red de farmacias muy amplia que permite asegurar la prestación farmacéutica de cualquier ciudadano. Debemos aprovechar esta ventaja para optimizar el consejo del profesional cercano, altamente formado y capaz de coordinarse con el resto de agentes sanitarios”.
En este sentido la farmacia debe incorporar servicios que son de interés para la población y sobre los que aumentan las necesidades de salud, tales como las áreas de nutrición, deporte, infantil, etc. “En este proceso de cambio, el rol del farmacéutico ha evolucionado desde una función más preparatoria y distributiva, hasta su labor actual como dispensador y consejero de referencia en todo lo relacionado con el medicamento y su entorno”.
Para Aina la sostenibilidad del modelo de oficina de farmacia no depende exclusivamente de los beneficios que reportan los servicios complementarios al medicamento, sino que se trata “de diseñar aquellos que contribuyan a dotar de valor añadido a la farmacia. Apostar por los servicios profesionales farmacéuticos es, sin duda, una vía de futuro que me parece interesante”.
Pero esta inversión en servicios colisiona con los recortes en investigación y sanidad que han impuesto las administraciones en los últimos años. “Hemos intentando mantener los estándares de calidad de la atención farmacéutica para que no fuera el ciudadano quien sufriera las consecuencias de estos recortes. No obstante, son múltiples los efectos negativos que han generado los continuos RD sobre el precio de los medicamentos situando al límite, no solo a las farmacias, sino a los fabricantes y laboratorios farmacéuticos”. En cuanto a la situación especial en Cataluña: “las medidas que mayor perjuicio ha causado en nuestra comunidad han sido, sin duda, los impagos, los cuales se han extendido hasta incluso 4 meses. Junto a ello, se encuentran las desfinanciaciones que han afectado también a los usuarios finales”.
Para contrarrestar esta situación es clave la formación de los profesionales farmacéuticos. “Desde el COFB se hace una apuesta clara y firme por la formación con programas amplios, tanto presenciales como on-line. Además, como titulares de la farmacia debemos potenciar la formación de nuestro equipo. Todas las farmacias deberían tener un plan de formación anual establecido en función de los objetivos de cada año”.
Aina se despide con un mensaje de futuro. “Debemos seguir siendo el profesional de referencia en el medicamento, cercano, resolutivo, y, a la vez, buscar elementos de diferenciación como por ejemplo el asesoramiento global en la salud del paciente”.