Cándidas, tiñas o ptiriasis: cómo identificar y tratar las infecciones

Existen dos tipos principales de hongos: las levaduras (como la cándida ) y los mohos (como los dermatofitos ). Debido a su tamaño microscópico, son difíciles de detectar. Sin embargo, bajo ciertas condiciones, pueden proliferar en exceso, provocando infecciones que pueden afectar la piel, el cabello o las uñas. Estas infecciones las podemos clasificar en tres tipos diferentes dependiendo de los tipos de hongos que las provocan: ptiriasis versicolor , cándidas y tiñas .

Ptiriasis versicolor Es provocada por las levaduras llamadas Malassezia globosa , unas levaduras unicelulares que suelen vivir de forma natural y en pequeña cantidad en nuestra piel, sobre todo en las zonas más grasas, aunque sin causar ningún tipo de enfermedad. Se trata de la infección más típica del verano, en la que observamos pequeñas manchitas marronáceas en la piel en forma de ronchas y sequedad en esa zona. Suelen aparecer principalmente en la espalda, pero también lo pueden hacer en otras partes del cuerpo como pecho, hombros y brazos. Estas levaduras se encuentran de forma natural en piel y mucosas, pero en algunas ocasiones, cuando hay exceso de humedad, calor o sudor, aumentan en cantidad, lo que supone un desequilibrio con la piel y los otros gérmenes, provocando la infección. Por este motivo, las llamamos `de oportunidad' .

La propia definición de esta infección, `ptiriasis' , significa `descamación' , mientras que `versicolor' significa `cambio de color' . Y es que esta levadura inhibe la producción de melanina en la piel, por lo que, en verano, si se toma el sol, estas manchas que parecían más oscuras se verán blanquecinas ya que no se han pigmentado como el resto de la piel. Fáciles de reconocer por el dermatólogo, se pueden diagnosticar mediante un pequeño raspado y un análisis en el microscopio. De carácter descamativo, provocan picores en pocas ocasiones y se tratan simplemente con pomadas antifúngicas, aunque si la infección es muy importante se puede necesitar medicación oral.

Candidiasis Esta infección está provocada por candida albicans , igualmente presente de forma natural y sin peligro en la piel, mucosas y, sobre todo, en el tubo digestivo de las personas. No suelen infectar la piel a no ser que encuentren las condiciones idóneas para ello, como también calor y humedad. Suelen aparecer en los pliegues de las ingles, en pliegues de piel en personas obesas o en los pliegues submamarios de las mujeres. Se trata de zonas con poca aireación y, junto con el sudor y el roce, se establecen las condiciones idóneas para su desarrollo. También es especialmente frecuente cuando hay dermatitis del pañal en el bebé; de hecho, cuando hay un exceso de irritación es, muchas veces, debido a la aparición de esta bacteria. La infección por cándida provoca mucho escozor, irritación y enrojecimiento. La cándida también puede infectar la mucosa oral, que es lo que se conoce como `muguet' y que cursa con manchas blancas en la boca. Es muy habitual en personas inmunodeprimidas por HIV, por exceso de medicamentos y en personas tratadas con corticoides inhalados. En mujeres también son muy habituales las infecciones vaginales por cándida. En cualquier caso, se suelen tratar con pomadas, spray o lociones antifúngicas, como el miconazol o ketoconazol. Para evitar este tipo de infecciones es aconsejable secar a menudo estas zonas más oprimidas o usar polvos o desodorantes para evitar la sudoración excesiva y, en consecuencia, la humedad.

Tiñas Están provocadas por otro tipo de hongos pluricelulares: son hongos en forma de filamentos que permanecen en la piel, pelo y uñas. Denominados dermatofitos , se alimentan principalmente de la queratina y se consideran parásitos o infecciones externas a nosotros, pues suelen proceder de otras personas, animales o espacios con falta de higiene. Las tiñas pueden aparecer en el cuerpo, pero también en el cuero cabelludo y en otras partes. Su aspecto es el de ronchas rojas, descamativas y que suelen picar. Son muy redondas y definidas, siendo más rojizas en la parte exterior que la interna, como si se tratara de un aro. Como ya he dicho al principio, existen principalmente dos tipos de micosis: las cándidas por levaduras y las tiñas , provocadas por mohos o dermatofitos. Estas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo y, dependiendo de la zona, se pueden clasificar de la siguiente manera:

Tinea manuum. Tiña en las manos. Tinea inguinal o eczema marginado de hebra. Localizada en la ingle y en la parte alta de los muslos, es más común en los hombres. Comienza con una pequeña erupción y continúa con un grano o ampolla muy irritado y con pus. Tinea corporis o herpes circinado. Cuando afecta a cualquier parte del cuerpo, forman como arandelas que se descaman, empezando más rojizas y terminando más blanquecinas. Se suelen contraer por contacto con animales, como gatos contagiados. Tinea capitis o querion. En el cuero cabelludo, suele dar efecto a placas con supuración en el pelo, se inflama la zona y puede provocar la destrucción del folículo piloso, así como la aparición de alopecias. Pie de atleta o tinea pedis. Afecta principalmente a los dedos de los pies y las uñas. Sobre todo, entre los dedos, suele manifestarse en forma de descamación, picor, sequedad y, en algunas ocasiones, puede provocar olor desagradable. El pie de atleta se puede reconocer porque se enrojece la zona, se descama y se forman ampollas e incluso grietas, especialmente entre los dedos. La infección puede transmitirse por los suelos de baños y duchas públicas, zapatos, calcetines y alfombras, o por contacto directo entre personas. Algunas personas tienen más tendencia que otras a desarrollar el pie de atleta, como aquellas con diabetes, un sistema inmunológico debilitado o con estructuras de pie en las que los dedos están muy juntos. Onicomicosis u hongos en las uñas Cuando afecta a las uñas, se forma al principio una mancha marronácea y amarillenta que se desplaza hacia el crecimiento de la uña. Esta se deforma y se engruesa hasta despegarse del dedo, infectándose muchas veces la piel que se encuentra al lado de los dedos. Puede ser un proceso doloroso e, incluso, provocar algo de mal olor. Esta infección está causada por dermatofitos igualmente, aunque al ser algo diferente he preferido tratarla de otro modo. Con todo, no es descartable que también esté provocada por levaduras o moluscos. Suele ocurrir cuando el ambiente es propicio, en especial sitios húmedos y calurosos, como las piscinas o duchas públicas. Y puede contagiarse de la forma más oportunista: ante un corte o cuando existe una pequeña separación entre la uña y el dedo. Son mucho más frecuentes en las uñas de los pies que en las de las manos, pues las condiciones facilitan la infección, como el uso de zapatos, que hacen más oclusiva la zona. La psoriasis o sufrir otras infecciones causadas por hongos, como el pie de atleta, pueden ser factores de riesgo para su desarrollo, así como la diabetes y la circulación sanguínea ralentizada. Estas infecciones pueden ser antiguas y durar años. El tratamiento más adecuado es los antifúngicos en forma de lacas, en las que hay que pintar a diario las uñas e ir limando la infección hasta erradicarla. Es posible que el tratamiento sea lento y que sea necesario el tratamiento oral. Es fundamental la constancia del tratamiento y durante todo el tiempo recomendado por el médico. Si no se trata correctamente, la evolución de este hongo puede acabar totalmente con la uña. Deberíamos tener en cuenta algunas precauciones con tal de prevenir esta infección en las uñas:

Evitar el contacto directo cuando hace mucho calor con la gente, sobre todo cuando se está sudado. Evitar ir descalzo en zonas de especial humedad y calor, como piscinas y baños públicos. Procurar maximizar la higiene y secado de la piel y pies. Utilizar ropa transpirable para evitar el sudor excesivo. Puedes leer el artículo en PDF aquí.

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