La organización industrial de las compañías de medicamentos genéricos (AESEG) prefiere los precios seleccionados a otras medidas en su opinión tan poco afortunadas como las subastas andaluzas de medicamentos.
La mañana de este martes, 8 de septiembre, empezó para la patronal del medicamento genérico AESEG con un encuentro informal con periodistas. Durante el mismo, celebrado en la propia sede de la organización empresarial, se tocaron muchos temas de interés para el sector farmacéutico. Entre otros, su director, Ángel Luis ...
La mañana de este martes, 8 de septiembre, empezó para la patronal del medicamento genérico AESEG con un encuentro informal con periodistas. Durante el mismo, celebrado en la propia sede de la organización empresarial, se tocaron muchos temas de interés para el sector farmacéutico. Entre otros, su director, Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda, estimó como menos lesivo para los intereses industriales de sus asociados y los propios pacientes la aplicación que prevé la administración sanitaria de los precios seleccionados que las subastas de medicamentos, ya ejecutadas en numerosas ediciones en la Comunidad Andaluza. A pesar de considerar que los precios de referencia, los menores y los más bajos ya han erosionado mucho la rentabilidad de muchos productos genéricos, junto a los propios márgenes de los farmacéuticos, sus sucesores, los precios seleccionados, siempre serán una medida preferible a las problemáticas subastas. Mientras los precios seleccionados se aplicarán previsiblemente a pocos medicamentos (4 ó 5), las subastas andaluzas de medicamentos se han convertido en un fenómeno que afecta a una gran cantidad de moléculas. De igual forma, estimó Rodríguez de la Cuerda, los seleccionados permiten la libre concurrencia de empresas, mientras que las subastas otorgan sus concursos a compañías en exclusiva, en ocasiones incapaces de atender sus compromisos contracturales. Una característica que se une en el caso de las subastas, a su impacto limitado a la región andaluza, como factor de desequilibrio territorial, agrabio comparativo e inequidad en el acceso a los medicamentos. Una circunstancia que no se cumple en el caso de los precios seleccionados, cuya aplicación será a escala nacional. Por todo ello, el responsable de AESEG describió como acertada la intención del Gobierno de recuperar los precios seleccionados previstos por el ejecutivo anterior en el real decreto ley 9/2011, y ratifizado posteriormente por el Partido Popular en el poder a través del RDL 16/2012.
Junto a sus reflexiones sobre las subastas y precios de referencia, el director general de AESEG se refirió a su sector industrial como a un colectivo empresarial actualmente desmotivado. Pasadas las épocas esplendorosas de los prazoles y las estatinas, Rodríguez de la Cuerda estimó que el sector se ha quedado atascado los últimos 2 años en el 38% de penetración del mercado farmacéutico total, frente al 55% de la media europea. Este hecho explica como lanzamientos de genéricos que en principio podrían ser tan estimulantes como, por ejemplo, el de Lyrica (pregabalin), no despierten actualmente el menor entusiasmo entre los potenciales fabricantes de sus genéricos. Para cambiar esta situación adversa, recordó Rodríguez de la Cuerda, sería necesario recuperar un diferencial de precio entre genérico y marca con patente expitada, al menos durante un periodo de 3 meses para que dicho genérico pudiera ganar cuota de mercado y no nacer ya debilitado. Junto a esto, el responsable de AESEG también pidió que la denominación EFG se aplique esclusivamente a los genéicos y no a las marcas que no lo sean, aunque hayan superado los 10 años de patente. Así mismo, el directivo industrial postuló la necesidad de que exista un copago evitable mediante el cual los ciudadanos puedan comprar según su elección la marca o el genérico, siendo la primera más cara, dentro de un mercado farmacéutico privado que ya supone el 20% del total.
Finalmente, y como dato relevante, el director general de AESEG cifró en 2,8 euros el precio medio de los medicamentos genéricos. Una cantidad que en muchos casos pone a los productos en trance de desaparición en el mercado, dada su nula rentabilidad.