Coincidiendo con el día en que se clausuraba Infarma y bajo el epígrafe de una charla titulada "La situación económica de la farmacia española según el volumen de ventas", Jose María Besalduch, director general de Aspime, ha pronunciado el mensaje "más duro, pero a su vez realista" –según propias palabras- ...
Coincidiendo con el día en que se clausuraba Infarma y bajo el epígrafe de una charla titulada "La situación económica de la farmacia española según el volumen de ventas", Jose María Besalduch, director general de Aspime, ha pronunciado el mensaje "más duro, pero a su vez realista" –según propias palabras- de todos los emitidos en los tres días de encuentro: "Voy a hablar sobre un tipo de farmacia que hoy no puede estar aquí, en Infarma". Hacía referencia a la pequeña farmacia, "a la mal llamada farmacia rural, un sector que representa casi a un 20% de la farmacia española y que a duras penas puede subsistir". Aludía al hecho de no poder estar presente en el salón porque esta farmacia "no se puede permitir el lujo de tener a alguien asalariado que le cubra el turno ni cerrar para poder venir".
Y es que, a tenor de las conclusiones de su estudio sobre el volumen de ventas de la farmacia, no hubo posibilidad de ofrecer un mensaje más positivo. Tras analizar los principales parámetros de la cuenta de explotación de una farmacia en los distintos tipos según su facturación, esto es, el margen bruto, el coste laboral, la inversión, el margen antes de impuestos y el margen neto después de impuestos, el director de Aspime demostró que "hay dos tipos de farmacias: la rentable y la no rentable; la que está obligada a invertir para optimizar legalmente su cuenta de resultados y la que, si no hay remedio, irá para abajo porque ni puede hacer inversión, ni cuenta con dotación para amortización y cuyos propietarios tampoco cuentan con ayuda, con el consiguiente desgaste que eso supone". Besalduch aprovechó la ocasión para pedir a los políticos "la habilitación de ciertas deducciones o bonificaciones que les permitan un rendimiento mejor".
El testimonio que siguió a la exposición de Besalduch no hizo sino reforzar su mensaje. Un testimonio personal de Tomás Bueno, farmacéutico del municipio madrileño San Martín de Valdeiglesias, con el que se quiso poner sobre el tapete la urgente necesidad de una distribución más equilibrada del sistema de servicio de urgencias en la Sierra Oeste de Madrid. "Los costes tanto económicos como personales no pueden ser asumidos por las farmacias", dijo.