El objetivo de la mesa era desgranar, con la colaboración de todos los presentes, la situación actual de la nutricosmética y aportar valor añadido con cada intervención. Para poder analizar y debatir al respecto, lo fundamental era establecer una definición más o menos clara de lo que es, qué diferencias ...
El objetivo de la mesa era desgranar, con la colaboración de todos los presentes, la situación actual de la nutricosmética y aportar valor añadido con cada intervención. Para poder analizar y debatir al respecto, lo fundamental era establecer una definición más o menos clara de lo que es, qué diferencias se le suponen con los complementos alimenticios y en qué normativa se rige.
Lo que quedó claro desde el inicio de la mesa, moderada por la redactora de esta cabecera, Carla Prats, tal y como indicó el experto nutricionista Guillem Milà, es que la nutricosmética puede tener varias definiciones, así como diversas diferencias respecto de los complementos alimenticios. Según destacó, el objetivo del nutricosmético es prevenir, mantener y mejorar la salud de las personas a través de los productos naturales, como pueden ser extractos vegetales, nutrientes, vitaminas, etc. Más concretamente, el nutricosmético es el cóctel específico de nutrientes para el beneficio de la piel, cabello y uñas.
En cuanto a las diferencias, se destacaron cuatro. Para el propio Milà, el enfoque comercial es la principal, ya que está demostrado que los consumidores de nutricosméticos tienen un mayor poder adquisitivo, por lo tanto tiene más valor que clasificarlo como un simple complemento alimenticio. Por otro lado, teniendo en cuenta que un nutricosmético también puede ser un complemento alimenticio o un alimento funcional, otra principal diferencia es la acción. Esta posición la defendió Núria Caturla, New Product Development Manager en Monteloeder. Y María José Alonso, miembro de la Vocalía de Alimentación y Nutrición del COF de Barcelona, apuntó a que el nutricosmético busca un efecto cosmético, no un efecto sobre la salud, y ahí la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) lo deja bien claro. Estas diferencias se evidencian a partir de la misma idea compartida por todos los ponentes: no hay regulación suficiente e incluso ésta puede no existir.
Las empresas no pueden alegar en la EFSA sobre un nutricosmético porque no están regulados en sus bases. De hecho, se han intentado hacer Claims de Belleza relativos a algunas vitaminas, como la de prevención de arrugas, y la EFSA las ha descartado "porque no es parte de su competencia", argumentaba Carulla. En cambio, la de los complementos alimenticios sí que lo permite. En este punto, apareció el concepto de marketing aplicado a la palabra nutricosmético. Según algunos expertos, en realidad está muy definido lo que es un cosmético y un complemento alimenticio, pero la definición de nutricosmético no existe.
"El nutricosmético también podemos definirlo como un producto que puede o no ser un complemento alimenticio, aunque también puede ser un alimento funcional", recordaba Alonso. Sin duda, y todos coincidieron, el problema radica en que no está regulado. Y es por eso que aunque tienen muchas cosas en común con los complementos alimenticios, hay que diferenciarlos a pesar de que con los nutricosméticos hay una indefinición.
Por ejemplo, tienen en común que muchos nutricosméticos se pueden presentar como complementos alimenticios pero no tienen en común la funcionalidad. El complemento alimenticio se define como complemento de funciones fisiológicas para mejorar la salud, y el nutricosmético es para proporcionar más belleza. Y ahí está se ubica otra duda por resolver y regular: si mi piel tiene más colágeno tomando un nutricosmético, la estoy haciendo más saludable. Si mi pelo es menos frágil y brilla más, ya es más saludable. Y es cuando aparece el limbo legal.
Marco de regulación
En España, la Asociación de fabricantes y comercializadores de aditivos y complementos alimentarios (AFCA) lleva años discutiendo la posibilidad de que se regulen de alguna forma los nutricosméticos porque es necesario para decir al consumidor qué efecto tiene el producto, siempre a través de estudios clínicos y evidencias científicas. "Actualmente, no se pueden hacer según qué alegaciones porque la EFSA no lo permite", incidió Blanca Viadel, técnico de I+D+i en Ainia centro tecnológico. Por ello, los expertos coincidieron en que el objetivo es que los nutricosméticos se reconozcan como entidad propia, ya que hoy por hoy es la legislación alimentaria la que gobierna y no hay otra. No obstante, también surgieron dudas. (…)
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