El proyecto de acción comunitaria, en el que participan ya 495 farmacias, 877 comercios y más de 1.200 vecinos y vecinas voluntarios, evita a 712 personas mayores los riesgos de aislamiento y exclusión.
La tenienta de Alcaldía de Derechos Sociales, Laia Ortiz, y el presidente del Col·legi de Farmacèutics de Barcelona, Jordi de Dalmases, han firmado el convenio de colaboración que da continuidad y quiere extender y consolidar la red de Radars, implantada ya en 31 barrios de la ciudad. Se trata de ...
La tenienta de Alcaldía de Derechos Sociales, Laia Ortiz, y el presidente del Col·legi de Farmacèutics de Barcelona, Jordi de Dalmases, han firmado el convenio de colaboración que da continuidad y quiere extender y consolidar la red de Radars, implantada ya en 31 barrios de la ciudad. Se trata de un proyecto de acción comunitaria que hoy permite a un total de 712 personas mayores evitar los riesgos de exclusión y aislamiento, gracias a la colaboración e intervención coordinada de farmacias, comercios, servicios sociales y vecinos y vecinas voluntarios.
El proyecto Radars, que arrancó en 2008 en el distrito de Gràcia, se dirige especialmente a aquellas personas que viven solas y no cuentan con una red socio-familiar estable que pueda cubrir sus necesidades sociales, de afecto y amistad, con riesgo de resultar invisibles a su entorno. Trinitat Vella, Roquetes, Sarrià y Tres Torres son los últimos barrios adheridos al proyecto Radars, que el Ajuntament quiere extender a dos tercios de la ciudad en los próximos tres años
Impulsado por el Institut de Serveis Socials, Radars coordina la colaboración de entidades, vecinos y vecinas, comercios del barrio, farmacias, y otros servicios, para vertebrar una red comunitaria que posibilite, no sólo la detección de la gente mayor en riesgo de aislamiento o con sentimiento de soledad, sino que permita también el desarrollo de acciones preventivas para que personas mayores en situación de vulnerabilidad puedan continuar disfrutando de autonomía.
Una de las novedades que contempla el convenio firmado hoy es que las farmacias se puedan convertir en punto de encuentro de estas personas con el objetivo de establecer un vínculo entre ellas, así como ofrecer un espacio donde intercambiar experiencias y donde desarrollar puntualmente intervenciones de educación sanitaria.
La detección de personas mayores en situación de vulnerabilidad o soledad se hace con la colaboración de todos los Radars vecinales, comerciales y farmacias del barrio, y con la implicación de las áreas básicas de salud y otros equipamientos de territorio, que, cuando se detecta una situación de estas características, se ponen en contacto con los responsables del proyecto, que contactan con la persona y le ofrecen la oportunidad de participar. Con el objetivo de completar esta función, y con la colaboración de la Cruz Roja, un equipo de voluntarios hace prospecciones barrio por barrio para detectar personas mayores que viven solas y que sean potencialmente beneficiarias de Radars.
Una vez la persona mayor se adhiere al proyecto se le ofrece recibir llamadas periódicas de seguimiento, no sólo para evaluar su situación, sino también para favorecer la creación de un vínculo de confianza con los agentes y recursos del entorno, que facilitan el acompañamiento y el vínculo de aquella persona con los servicios y recursos del territorio. El proyecto busca romper la soledad no querida, vinculando las personas usuarias de Radars a su comunidad, para lo que se fomenta su participación en actividades promovidas por las entidades o equipamientos del barrio, y se favorecen espacios de encuentro que faciliten el establecimiento de relaciones sociales (con otros usuarios Radars, con personas voluntarias del proyecto, con vecinos y vecinas del barrio etc.).
El papel de las farmacias es muy importante para el proyecto Radars, puesto que sus profesionales tienen un perfil idóneo como agentes de salud, a la vez que son establecimientos plenamente integrados en el tejido social del entorno. Cada farmacia puede escoger el tipo de intervención que hace en el marco del proyecto, y puede actuar como:
· Radar básico: el farmacéutico o farmacéutica podrá identificar y comunicar situaciones de riesgo relacionadas con la población diana, aconsejando y derivando las personas a la red de Servicios Sociales vía telefónica o por correo electrónico. Una vez facilitada la información del posible usuario, los técnicos municipales validarán el caso, para explorar la gravedad de la situación y derivarlo al Centro de Servicios Sociales correspondiente.
· Farmacias como espacio de mediación: el farmacéutico podrá interceder y hacer que la farmacia sea un punto de encuentro entre la persona mayor y los Servicios Sociales. También puede hacer difusión del proyecto con la ayuda de materiales de comunicación o con la ayuda del voluntariado de las entidades del tercer sector que colaboran.
· Radar especializado: el farmacéutico puede complementar la tarea de Servicios Sociales, trabajando en los casos que se ha determinado que requieren de una actuación de cariz sanitario, como por ejemplo la revisión de medicamentos, seguimiento farmacoterapéutico con dispositivos de dosificación personalizada, o educación sanitaria ante una patología.